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Como consecuencia de los fuertes vientos que golpean el Atlántico desde mediados de enero, los casos de enfermedades respiratorias agudas (IRA) han aumentado, según la información entregada por la Secretaría de Salud del Departamento.

Ante esta situación la Secretaría ha entregado recomendaciones para evitar complicaciones, especialmente en la población de alto riesgo: los menores de 5 años, mayores de 65 años y mujeres embarazadas.

'La principal medida que se debe tomar es vacunarse contra la influenza para evitar el riesgo de desarrollar estas infecciones que afectan el sistema respiratorio. La inmunización tiene una duración anual, por lo que es importante tener conciencia de que esta vacuna se debe aplicar cada año', explicó la subsecretaria de Salud Pública, Arilis Ruíz.

Agregó que las vacunas son gratuitas y se aplican durante todo el año, de lunes a sábado, en los centros de salud y hospitales del departamento.

Recomendaciones

La subsecretaria de Salud Pública indicó que, además de completar el esquema de vacunación, se recomienda tomar medidas de prevención para controlar la circulación del virus como evitar cambios bruscos de temperatura, lavado frecuente de manos con agua y jabón o con una solución de alcohol glicerinado (antibacterial), evitar frotarse los ojos y saludar de mano o beso, evitar la presencia de humo en la vivienda, fomentar la lactancia materna y facilitar la ventilación e iluminación natural en las casas.

Las personas con síntomas de Infecciones Respiratorias Agudas deben cubrirse la boca al toser o estornudar, usar toallas de papel para contener las secreciones respiratorias y botarlas a la basura una vez la usen, lavarse las manos después de estar en contacto con secreciones respiratorias y objetos o materiales contaminados, usar tapabocas y evitar permanecer en espacios reducidos con gran número de personas.

Síntomas de la IRA

Los síntomas generales de las enfermedades respiratorias son: fiebre, tos, congestión nasal y malestar en el cuerpo.

En los niños menores de cinco años los signos de alerta son aumento en la frecuencia respiratoria, se le hunden las costillas al respirar, ruidos extraños al respirar o ‘le silba el pecho’, disminución del apetito, vómito, fiebre superior a 38,5 grados, decaimiento y somnolencia, ataques o convulsiones.

En los menores en edad escolar, adolescentes y adultos se debe estar atento cuando se observe dificultad para respirar (incluso sensación de dificultad para respirar), dolor en el pecho al respirar o toser, decaimiento o cansancio excesivo, fiebre mayor de 38.5 grados durante más de dos días y expectoración purulenta o con pintas de sangre.

Ruíz sostuvo que cuando se observen estos síntomas se debe acudir a las instituciones de salud para que reciban las atenciones pertinentes.