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Mucho se ha dicho de las 400 obras de infraestructura que están transformando la realidad de los municipios del departamento en este cuatrienio del gobernador del Atlántico, Eduardo Verano, pero poco se ha dicho del trabajo social tan contundente que viene realizando esta administración a lo largo del territorio.

Las mujeres, los ancianos, los niños, las minorías, las etnias, personas con discapacidad, entre otros, han recibido una atención especial en estos cuatro años que vienen como resultado del continuismo de su primer gobierno (2008-2011) y el de José Antonio Segebre (2012-2015).

Verano fue el gran promotor de la Política Pública de la Mujer que se aprobó mediante ordenanza 00131 de 2011 que posteriormente le dio vida a la Secretaría de la Mujer y Equidad de Género, la primera de la Región Caribe que, a través de 5 ejes temáticos determinó las acciones a favor de este segmento que representa un poco más de la mitad de la población.

El gobernador Verano en el 2018 promovió, de igual manera, la Política Pública de Etnias a través de la cual se organizó la Gerencia de Asuntos Étnicos, de igual manera impulsó la los jóvenes, personas con discapacidad y la de minorías como la de Lgtbi.

'Lo que hemos hecho es dejar toda la base jurídica para que se estructuren planes y proyectos sólidos en términos de equidad para cada uno de estos segmentos de la población que merece ser atendido de manera diferencial', destacó el mandatario.

La materialización de la Política Pública de Género en el Atlántico es un hecho. La Secretaría de la Mujer Departamental, en manos de Zandra Vásquez, ha enfrentado desafíos fuertes como hacerle frente a la violencia contra las féminas, la autonomía económica, el empoderamiento social y político, y el derecho a la seguridad social en salud, educación y vivienda.

Recientemente se dio a conocer como 128 personas han sido beneficiadas de la Casa Refugio de la Gobernación del Atlántico, un lugar donde no solo la mujer recibe protección, sino sus hijos. Allí reciben acompañamiento sicológico, jurídico, económico, nutricional y sobre todo el fortalecimiento de su autoestima.

'Son 49 mujeres que hemos llevado a la Casa Refugio no solo con golpes físicos, sino lesionadas gravemente en su ser, en sus ganas de vivir, en su autoestima, por eso hoy cuando las vemos salir al otro lado, la satisfacción es muy grande', afirma la secretaria de la Mujer y Equidad de Género del Atlántico.