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Tras la muerte de unas 40 reses, en el sur del Atlántico, a la altura del corregimiento Aguada de Pablo por consumo de algas tóxicas en el embalse El Guájaro, la Corporación Regional Autónoma del Atlántico (CRA) realizó con el grupo de investigación y desarrollo en Biotecnología de la Universidad Simón Bolívar un proyecto piloto como mecanismo para la descontaminación del cuerpo de agua.

Fueron cuatro meses en los que se realizó un proceso de biorremediación; es decir, con un remedio biológico se recuperó la zona contaminada del embalse. Los investigadores exploraron el uso de microalgas (que ya hacían parte del ecosistema) y las sometieron a un proceso de bioaumentación, en el cual se les dieron nutrientes para aumentar su número y nuevamente fueron devueltas al estanque. De esta manera, explica el estudio, las nuevas algas compitieron con las cianobacterias, que son las nocivas, y finalmente se pudo recuperar esa parte del ecosistema.

El propósito de la CRA, además, estaba enfocado en realizar una intervención rápida para conocer los resultados y prever una recuperación a mayor escala en todo el embalse.

'El compromiso de la Corporación es incluir dentro del plan de acción y financiero los proyectos que estén encaminados a garantizar la calidad de los cuerpos de agua y vamos a trabajar por su recuperación integral', indicó Jesús León Insignares, secretario general y director electo de la CRA.

En la presentación del estudio molecular que se realiza por primera vez en el embalse, los investigadores señalaron que la alteración en el agua obedece a la baja oxigenación y a las descargas de escorrentías que tienen relación con actividades agrícolas y piscícolas.

'En las zonas cercanas a los corregimientos es de donde llegan los vertimientos, estos son los puntos focales donde hay baja calidad de agua. Tenemos que abordar los sistemas de Plantas de Tratamiento de Agua como una medida para que si hacemos este mismo proceso en todo el embalse no sea una inversión perdida', dijo Ayaris Rojano, bióloga y asesora en temas de recurso hídrico de la CRA.

Para los pescadores, la alteración en la calidad del agua del embalse ha traído afectaciones al recurso pesquero con la desaparición de especies nativas como el bagre, el bocachico y el barbul.

'Somos más de 46 organizaciones de pescadores que vemos con buenos ojos este tipo de intervención; ahora esperamos se haga en todo El Guájaro para volver a nuestras antiguas faenas', dijo Miguel Cabrera, pescador y habitante de Aguada de Pablo.

El embalse que representa 14 mil de las 21 mil hectáreas de agua que tiene el departamento, hoy tiene mejores condiciones que en marzo cuando ocurrió la muerte de los bovinos; sin embargo, la recomendación de los científicos es que se realice una intervención integral que incluya poner microalgas en las Plantas de Tratamiento de Agua (PTAR) de los municipios y corregimientos cercanos a la ribera de El Guájaro.

'Los índices en la calidad del agua del embalse hay que seguir mejorándolos, porque tiene problemas de oxigenación y de carga orgánica, que deben seguir siendo tratados', explicó el investigador de Unisimón, Jaime Gutiérrez.

El proyecto logró reducir entre el 92 y el 100% la presencia de cianobacterias tóxicas.

La CRA lideró y financió la intervención, ejecutada por la Unisimon a través de su Grupo de Biotecnología Microalgal, en asocio con la empresa @Phycore.