Con un overol grasiento, en un taller del barrio Manuela Beltrán de Soledad, Miguel Ángel Arrieta –el popular ‘Pibe Soledeño’– recibe a quienes lo visitan en medio de chatarras, el ruido de la soldadura y su equipo de trabajo para hablar de lo que lo enorgullece: el parque que lleva su nombre y que fue construido con materiales de su trabajo y que, además, cuenta con 'la bicicleta más grande del mundo'.
'Hace unos años entrevistando a un muchacho me decía: Migue, nosotros no tenemos más nada que hacer; salimos del colegio, llegamos a una cancha que hay por allá y lo que encuentra uno son personas consumiendo drogas y entonces eso como que también le llama la atención a uno porque no hay para nada para distraerse, lo único es consumir vicio'. Así relata Arrieta, de 49 años, la historia que más le gusta contar.
Debido a ese testimonio y ante el hecho de que el barrio carecía de una zona para entretenerse, este ‘Pibe’ se dio a la tarea de empezar a recolectar chatarra vieja que quedaba de las bicicletas que arreglaba en su taller para empezar a construir un parque, que 20 años después se ha convertido en el refugio no solo de jóvenes sino también de adultos mayores que ven en el lugar no solo un espacio para 'distraerse' sino también de esperanza.