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La imagen de una cría de zorro chucho, de la especie Didelfis marsupialis, sobre el asfalto de la Segunda Circunvalar, volvió a poner la lupa sobre las dificultades que enfrenta la fauna de la ciénaga de Mallorquín, a causa del separador construido sobre la vía de cuarta generación.

Los procesos migratorios de mamíferos y crustáceos se han visto interrumpidos por este muro de concreto que, de acuerdo con expertos, no ofrece alternativas para que los animales cumplan con uno de sus procesos naturales. 

Recientemente un usuario de la vía grabó a dos animales que murieron cuando intentaban cruzar la extensa avenida que aísla a la ciénaga. 

'Otro animal muerto por culpa de ese muro, no puede ser posible, me encontré con un mapache y un zorrillo muerto', se escucha en el video. 

EL HERALDO, en ediciones anteriores, ha advertido sobre la muerte de especies como el cangrejo azul, crustáceos que hacen migraciones entre agosto y diciembre; sin embargo, es en septiembre y octubre cuando se presenta de forma masiva: 'Es un ciclo que se repite cada año', explicó el biólogo Luis Carlos Gutiérrez. 

El experto ha sido enfático en destacar la importancia de preservar todo lo que constituye este ecosistema.

'La ciénaga requiere de la movilidad de los individuos y si está fragmentada los animales quedarán limitados y aislados del ecosistema, lo que ocasionará unas especies genéticamente débiles, con la posibilidad de que desaparezcan algunos individuos. Esta situación se origina por la conexión que perderán con otras especies'.