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La reapertura de las playas en el Atlántico se acerca. Operadores turísticos, caseteros y vendedores esperan ansiosos la llegada de este momento, que puede ser en una o dos semanas, para poder reanudar sus actividades y comenzar la recuperación económica que tanto anhelan.

La reapertura no será de un momento a otro. En este proceso vienen desde hace dos meses todos los actores de esta actividad económica, de la que dependen decenas de familias de los municipios costeros.

El punto de partida del proceso de reactivación del sector lo marcó la Gobernación del Atlántico cuando diseñó una estrategia que permitiera definir unas reglas de juego claras en beneficio de cada grupo: turistas, caseteros, vendedores informales y operadores turísticos formales, entre otros. El propósito es recuperar la confianza de los visitantes cumpliendo los protocolos definidos en dicha estrategia.

Control de ingreso y salida de los turistas, distanciamiento de cuatro metros entre casetas, buena atención al visitante, correcta manipulación de alimentos, respeto por la capacidad instalada de cada playa y cumplimiento de las normas de bioseguridad son –entre otras– algunas de las medidas definidas dentro de los protocolos para la reapertura de estas zonas.

La última palabra sobre el tiempo que demore la adopción de estas medidas la tienen los alcaldes de cada municipio, aunque sea producto de la concertación en los comités conformados para este fin. Serán ellos los que expidan los actos administrativos correspondientes, en los que se establecerá la fecha de reapertura de las playas.