Los días difíciles parecen estar llegando a su fin. Las playas desoladas, sin turistas que las visitaran, días sin ventas, escasez de pescado para la alimentación y comercialización, adicional a una dura situación económica, vivieron durante meses de pandemia dueños, trabajadores de las casetas y pescadores del Atlántico.
Ellos esperan que todas esas dificultades mejoren a partir de esta semana con la reapertura de las playas, medida decretada por el Gobierno nacional a partir de este 1 de septiembre y por la estrategia que viene desarrollando la Gobernación del Atlántico para reactivar la economía.
La crisis que vivieron estas personas que viven del turismo ocasionó que el alimento faltara en los hogares. Había días en que solo podían comer una vez, un duro golpe al estómago de estas familias que, antes de la pandemia, estaban acostumbradas a tener sus tres platos diarios.
Leonor Ariza, una mujer de 70 años propietaria de casetas en las playas de Salgar y quien ha vivido durante años cerca al mar y de lo que este pueda brindarle, contó los duros momentos que le ha tocado pasar por no poder recibir visitantes en su negocio.
Con los ojos llorosos, la mujer relató que los días vividos por culpa de la pandemia fueron 'muy duros' porque las playas estuvieron inmensamente solas, como jamás se habían visto, y no tenían como subsistir porque su principal sustento es el turismo y, en ocasiones la pesca, que también se vio truncada por las medidas restrictivas y por el mal tiempo que se presentó en ocasiones.
'En estos días ha estado la cosa mejorcita porque se ha sacado pescado, así sea con yuca o guineo hasta con papa, pero en días anteriores era un solo tren, podía ser arroz pelado con tinto o arroz con lenteja, la lenteja ha sido el gran apoyo en estos meses', expresó la mujer.