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Han trascurrido apenas ocho meses y 14 días desde que se dio apertura a uno de los máximos íconos de Barranquilla: el puente Pumarejo.

Desde entonces la megaobra ha sido objeto de reparos por su alto costo y víctima frecuente de robos y ataques por parte de vándalos.

Lo más reciente alerta sobre el nuevo puente es por 'el abandono' que se observa en la estructura. Un reporte enviado por conductores, a través de la línea Wasapea a EL HERALDO, dice que al recorrer los 2.173 metros lineales del viaducto queda en evidencia el deterioro al que está siendo sometido 'por actos vandálicos' y por 'la falta de mantenimiento'.

En un recorrido realizado por EL HERALDO, se pudieron evidenciar capas de óxido sobre las barreras laterales de seguridad que se encuentran a lo largo del puente y sobre algunos tramos se deja ver la maleza que crece apresuradamente sobre los carriles. Otro lunar que empaña esta megaobra son los grafitis que han pintado sobre las barreras metálicas de protección.

Para los usuarios de la vía que comunica a Barranquilla con Santa Marta, esta situación denota 'descuido y falta de vigilancia de las autoridades a cargo del mantenimiento de la estructura'.

Al mismo tiempo, denuncian el robo de cable de las lámparas que se encuentran en una de las bajadas del puente y en la salida del Corredor Portuario que conecta con Barranquilla. Al parecer de allí estarían extrayendo cobre para venderlo en el mercado negro.

Precisamente, a finales de agosto la Policía Metropolitana de Barranquilla capturó a un hombre que trataba de robarse un poste de alumbrado público en una de las ramificaciones del nuevo puente.