Barranquilla poco a poco ha dejado de ser una ciudad reconocida por los arroyos que surgen con cada aguacero y que –en muchas ocasiones– ha dejado daños materiales a su paso y ha cobrado vidas. Los trabajos de canalización que se vienen desarrollando en las distintas localidades desde hace algunos años ha permitido resolver los más peligrosos, pero la tarea debe continuar porque han surgido otras corrientes de agua que causan afectación en la ciudad.
La Alcaldía indicó que en el marco de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles y del Plan de Desarrollo 2020-2023, se dispone a ejecutar soluciones de fondo para el problema de las aguas lluvias y servidas de la ciudad.
Explicó que eso no solo implica continuar con el ambicioso programa de canalización de los arroyos sino de desarrollar un plan maestro para el alcantarillado pluvial de la capital del Atlántico que en estos momentos se encuentra en diseño.
El director de la ADI, Alberto Salah, indicó que a la administración del alcalde Jaime Pumarejo le ha tocado el reto de intervenir los sistemas pluviales de una ciudad ya construida, con excavaciones –en varios casos– de hasta 18 y 20 metros de profundidad que plantean un auténtico desafío para la ingeniería en las canalizaciones.
Explicó que Barranquilla fue diseñada sin un sistema de alcantarillado pluvial, que ha sido la preocupación de los últimos cuatro gobiernos locales.
Las aguas lluvias y servidas drenan hacia dos direcciones que forman a su vez dos cuencas: la oriental y la occidental.
La cuenca oriental drena hacia el sistema de caños y el río Magdalena y la cuenca occidental, hacia las vertientes de arroyo León y arroyo Grande, y terminan en el mar Caribe y en la ciénaga de Mallorquín.
El alcalde de Barranquilla, Jaime Pumarejo, aseguró que van por más y que aún falta por canalizar muchos kilómetros de arroyos, mantener los que ya han sido intervenidos y tener un plan maestro de alcantarillado pluvial que resuelva los problemas de hoy y provea 'soluciones para la ciudad de mañana'.
Aseguró que continuarán con la canalización de la segunda fase del arroyo de La Felicidad que acaba de iniciar el Distrito en la calle 54 entre carreras 37 y 27, con una cobertura de 71.700 habitantes.
Además, dijo que las nuevas canalizaciones se harán en consonancia con la intervención del sistema de alcantarillado y drenajes pluviales y que la meta trazada en el plan es alcanzar en el año 2023 el 100% de la elaboración del plan maestro.
Los canalizados.
La canalización de los arroyos no solo ha beneficiado a miles de barranquilleros que habitan cerca a los canales de agua, también a los trabajadores informales como Laureano Caldera, quien hoy, llueva, truene o relampaguee, puede tener abierto su kiosko en la calle 76 con carrera 52.
'Anteriormente esto era muy teso. No podía llover un poquito porque el arroyo de la 76 crecía y paralizaba todo, el tráfico, todo. Uno veía a los carros y la gente corriendo mucho riesgo. Vi personas tratando de salir y ser salvadas antes de que la corriente se los llevara', dice Caldera al señalar que ya no tiene que correr para salvar las cosas, como lo hacía antes.
Según el archivo documentado de la I.E.D. Marco Fidel Suárez, desde 1933 esas corrientes generaron unas 93 muertes en la ciudad y que los primeros arroyos canalizados fueron los que venían de Galapa y entraban a Barranquilla, tocaban Las Américas, El Bosque y luego daban la vuelta a Las Malvinas y volvían a salir hacia la Circunvalar por el barrio El Pueblo.
El siguiente fue el de la calle 84 con el que empezaron a caer los mitos, principalmente el que decía que la única solución era cambiar de sitio a Barranquilla.
La obra de ingeniería consistió en una solución hidráulica con dispositivos box culvert y tecnología de punta, para que el agua fluyera por debajo de la calle hasta el río Magdalena.
Luego fue el turno para los arroyos de la carrera 21, el de las 75 y 76, y el de La Felicidad, que tenía alrededor de 3 kilómetros.
A esos se le sumaron los arroyos de la carrera 65 y las calles 91 y 92, y pasó al emblemático arroyo Hospital.
El gerente de la ADI, Alberto Salah, aseguró que en los últimos 12 años se ejecutaron 67.8 kilómetros lineales de canales abiertos, box coulvert y tuberías subterráneas, con una inversión que supera $1.2 billones.
A la fecha, las obras de infraestructura han beneficiado a 43 sectores de las cinco localidades y ahora las aguas circulan por modernos túneles que las atrapan y las conducen directamente a las cuencas.
Las intervenciones fueron ejecutadas en los arroyos y canales Don Juan, Santo Domingo, Santa María, La Pradera, Flor de Fango-Río Verde, La Sierrita, Nueva Colombia, Manga-Olivos, Carrizal, Lipaya-7 de Agosto, Girasoles-Las Cayenas, Pinar del Río-Villas de San Pablo, Los Ángeles, La Esmeralda-Ciudad Modesto-7 de Agosto, El Bosque, Cuchilla de Villate, Milagros-Laureles, León, diagonal 73C con 9J1, calle 74A hasta arroyo Las Américas, Avenida Circunvalar-Estación Las Trinitarias, Sourdís, carrera 9L hasta calle 64C, Salao II, calle 117 con carrera 14B, carrera 13 con calle 95, Girasoles, Don Diego, El Afán, Jardín Botánico, box-coulvert barrio Pasadena, calle 84, calle 79, carrera 54, La 21, Hospital, calle 76, calle 75, carrera 65, La Felicidad, calle 92 con carrera 51B.