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Maryoris Hernández fue una de las primeras personas que en la mañana de este lunes festivo llegó hasta el cementerio de Sabanalarga para cumplir su 'infaltable' cita de cada 2 de noviembre.

Utilizando su tapabocas y cumpliendo con el estricto protocolo habilitado para ingresar hasta el camposanto, la mujer pudo visitar las tumbas en la que reposan los restos de sus padres y uno de sus hijos.

'Han tomado unas medidas muy estrictas para que podamos visitar a nuestros familiares que ya han fallecido. Hemos vivido situaciones difíciles este año y es un privilegio que este año nos permitan venir al cementerio', expuso la mujer mientras adornaba una de las bóvedas con flores plásticas.

Yesenia Casas fue otra de las sabanalargueras que asistió al camposanto para visitar a sus familiares difuntos tras varios meses de ausencia: 'Tenía un tiempo extenso que no venía por la pandemia. Me encontré con que todo estaba organizado'.

La administración municipal de Sabanalarga dispuso de un estricto protocolo para evitar aglomeraciones, así como un plan operativo y logístico que contó con el apoyo de los organismos de socorro y la Policía Nacional.

'Un día como hoy es importante para quienes hemos perdido a un ser querido, asistir a una cita al Cementerio Municipal para encontrarnos con ellos a través de la evocación de una oración y una vela encendida que ilumine los recuerdos que nos permitan estar cerca de ellos', señaló el alcalde Jorge Manotas.