Este año la conmemoración del Día de los Difuntos fue atípica. En el Atlántico, algunos cementerios permanecieron cerrados, mientras que otros abrieron sus puertas con estrictos protocolos de bioseguridad para evitar la propagación de la Covid-19.
En Barranquilla, los tradicionales cementerios Calancala y Universal no abrieron por prevención. Sin embargo, algunas personas –que no sabían de la decisión– se dirigieron hasta estos lugares con la esperanza de visitar a sus seres queridos. Al final, debieron regresar a sus casas sin cumplir su cometido.
Tal fue el caso de Andrea Osorio, quien estuvo en el Calancala y aseguró que no los dejaron entrar al cementerio a ver a sus familiares. 'Cómo es posible esa falta de respeto', dijo.
'Son los familiares de uno los que están allá dentro y a ninguno quieren dejar entrar, ni siquiera de dos en dos o de tres en tres. Esta es una fecha especial', agregó.
Marina Henríquez, quien llegó a ponerle flores a su mamá y quien tiene esa costumbre desde hace años, lamentó no poder hacerlo en esta oportunidad. Pese a que reconoce la situación que se atraviesa por la pandemia, indicó que midiendo la cantidad de personas que entran podrían ingresar por grupos y así todos continuarían con la tradición.