Nuevamente la urbanización Altos de Girasol, en el municipio de Puerto Colombia, está siendo noticia. En esta ocasión, debido al derrumbe de otras cinco viviendas, hechos que se presentaron la noche del miércoles.
Las autoridades municipales informaron que las viviendas quedaron totalmente en ruinas y dos más están a punto de colapsar como consecuencia del deslizamiento de tierra que se ha venido presentando debido a la ola invernal que golpea esta zona del país.
Estas viviendas, que hacen parte del proyecto que el Fondo Adaptación ejecutó a través de Comfenalco Valle y la firma Constructora y Desarrollo Inmobiliario del Caribe S.A.S, para los damnificados de la ola invernal de 2009-2010, fueron construidas en terrenos que son zona de riesgo, pues –según manifestaron los moradores– desde siempre ha existido la problemática de grietas y huecos en las paredes de los inmuebles.
Las familias afectadas aseguraron que hasta el momento no han obtenido ayuda por parte de ninguna entidad. Además, sostuvieron que han tenido que ubicarse 'donde han podido', pues no podían permanecer en el sitio ya que las paredes y el techo se desplomaron, dejando a sus ocupantes, otra vez, en calidad de damnificados.
Las dos familias, que aún están en sus casas a punto de caer, afirmaron que no tienen a donde ir, pues indicaron que ese es su único refugio.
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Zulma de La Hoz, damnificada desde 2009, explicó –en medio de lágrimas– su desespero frente a la situación, puesto que, según ella, ha tenido que estar de un lado a otro desde que perdió su vivienda en la ola invernal de hace 10 años y señaló que no quiere seguir pasando por la misma situación.
'Esto es muy difícil para mí. Yo tengo 77 años, problemas en la presión y del corazón. Aquí metimos todos los papeles y salió el proyecto para las casas, a mí me botaban de todos lados y me tocaba andar de aquí para allá y de allá para acá porque soy una mujer pobre, ahora estoy de nuevo en la misma penosa situación, esto es un atropello a mis derechos humanos', indicó.
Los afectados manifestaron, además, que desde el pasado 10 de marzo habían avisado que las casas estaban en riesgo de desplomarse, pero 'nadie les hizo caso'.
'Les pedimos al Fondo Adaptación y a la constructora que se hicieran presentes, pero nunca quisieron venir. El único que vino fue el alcalde, que hizo presencia cuando se dio el derrumbe, pero aún no han reubicado a esta gente. Necesitamos con urgencia que les tiendan la mano', manifestó Mariano Cantillo, líder del barrio.
