Un comienzo de año distinto se vivió este viernes en las diferentes playas del departamento del Atlántico por la pandemia de la Covid-19 y el mar de leva.
Las personas que laboran en los balnearios afirman que pese a que hay un aforo menor que otros años, asignado para evitar más contagios del virus, pocos son los bañistas que llegaron a darse el tradicional chapuzón de desenguayabe del primero de enero.
Masajistas, vendedores y meseros de la zona aseguran que otros años no cabe un alma en las playas y que este año es distinto.
Edwin Naranjo, quien trabaja en un restaurante de Puerto Colombia, contó que por el coronavirus el flujo de personas fue bajo. 'Ni siquiera hemos llegado al aforo permitido, que es la mitad, la gente no está bajando', dijo Naranjo.
El hombre, mientras esperaba en la carretera del malecón la llegada de turistas, recalcó que el lugar estaba solo y que esperaba que durante el día el panorama cambiara, ya que la situación los afecta económicamente y muchos viven del turismo, sobre todo el que se da los días festivos.