Alberto Torregrosa y Yamile Gómez, una pareja de campesinos residentes en el corregimiento de Campeche, jurisdicción de Baranoa, viven preocupados por la suerte de sus tres hijos menores de edad, quienes el año pasado no pudieron cursar sus estudios por no tener acceso a herramientas tecnológicas.
Los humildes padres dicen no tener tranquilidad al ver que se les vino otro año encima y no saben si sus muchachos perderán otro año escolar, pues como están las cosas por ahora no se vislumbra un retorno a las aulas escolares.
Sus tres hijos: Yised, de 15 años; Fabio, de 13, y Humberto, de 12, iniciaron estudios el año pasado en los grados octavo, séptimo y sexto, respectivamente, en la Institución Educativa Técnica Agropecuaria de Campeche, los cuales no pudieron seguir en casa por no tener el privilegio de contar con una tablet, un computador o un teléfono inteligente, pues sus condiciones económicas solo les dan para comer.
Desesperados, los padres contactaron a este medio para hacerles llegar un mensaje a la gobernadora Elsa Noguera y su secretaria de Educación para que 'tenga en cuenta esta situación y los muchachos puedan salir adelante'.
Alberto y Yamile se han dedicado toda su vida a las labores del campo, el año pasado trabajaban en una finca y debido al aislamiento obligatorio se quedaron sin empleo; desde entonces se dedican a oficios varios cuando les solicitan sus servicios.
'Algunos compañeros y amigos nos ayudan con lo mínimo para la comida, a veces hay trabajo, pero casi nunca hay. Y a mí lo que realmente me preocupa es la educación de los pelaos, porque yo quiero dejarles a ellos algo para que se defiendan en la vida cuando ya nosotros no estemos, y lo mejor que podemos dejarles son sus estudios', dijo Alberto.
La familia vive en una humilde casa, a medio terminar, y hecha por el mismo Alberto con madera y techo de zinc y asbesto. Tiene una pequeña sala y dos dormitorios, el piso es de barro, mientras el baño y la cocina están en la parte de afuera de la casa.
Yamile también aseguró que le da tristeza ver a sus hijos con deseos de avanzar en sus estudios y que no puede hacer nada por ellos, y le preocupa que la niña mayor, al ver la situación en la que están les dice que quiere salir a trabajar para ayudarlos, pero ellos se han negado a eso.