Hace 10 años Barranquilla veía cómo empezaban a transformarse sus entornos con coloridas máquinas de juegos y zonas verdes que mejoraban la calidad de vida de sus habitantes. Los parques devolvieron la esperanza a barrios y localidades que no tenían un lugar de esparcimiento.
Desde entonces, el proyecto se fue esparciendo por todas las localidades con un diseño que incluye, en la mayoría de los casos, canchas, máquinas biosaludables, juegos destinados a la primera infancia, plazoletas destinadas a actividades multifuncionales y mobiliarios accesibles para las personas en condición de discapacidad, conformado por bancas, mesas, cubos, señalización y canecas.
Todo pensado en que las familias, sin importar su condición, pudieran disfrutar de un ambiente sano y ameno.
Son más de un millón de metros cuadrados de espacio público los que se han recuperado en la capital del Atlántico, lo que equivaldría en área a unas 31 Plazas de la Paz.