La amenaza está latente. En el municipio de Santa Catalina, Bolívar, la erosión costera causada por las fuertes brisas y el oleaje amenaza con acabar con las salinas de Galerazamba, principal medio de subsistencia de los habitantes de ese municipio y de los alrededores.
Escasos metro y medio de jarillón o barrera es lo que divide el Mar Caribe del tercer depósito, uno de los que funciona en el proceso de extracción de la sal. Ese es el punto más crítico en estos momentos, pero son dos kilómetros de extensión en total de las salinas que se encuentran en peligro de perderse a causa de la erosión.
Jorge Contreras, coordinador ambiental del municipio de Santa Catalina, en diálogo con EL HERALDO, explicó que es una problemática de gran magnitud, ya que el mar nuevamente rompió la barrera de contención que había hecho la comunidad para mitigar el impacto, y una vez se termine de romper algún punto los espolones en su totalidad, el mar ingresaría a las salinas y arrasaría con todo a su paso.
'Está ese riesgo permanentemente. Son dos kilómetros de erosión costera que están ocasionando la magnitud de esta problemática. Hoy se mitiga en un sector específico y ya mañana nuevamente el Mar Caribe rompe otro lado porque las barreras y los muros de contención no soportan más los golpes de los fuertes oleajes que se presentan en este momento', manifestó Contreras.
Esta situación afecta tanto al concesionario Cabrales Paffen, que se encarga de la exploración y explotación de la sal en las salinas, y a la comunidad de Santa Catalina, debido a que la mayoría subsiste de la sal y de las cosechas que pueden verse afectadas por el ingreso del mar. También viven del turismo que representa el complejo salinero.
El líder comunal del corregimiento, Enrique Porras Díaz expresó su preocupación ante lo que está ocurriendo en las salinas, más aún porque el año anterior se perdieron más de 20 mil toneladas de sal, lo que causó una grave crisis económica en esa población.
'De verdad que estamos bastantes preocupados, año tras año se viene presentando la erosión. El año pasado, para este mismo mes, más de trescientos cincuenta metros del jarillón que dividen el Mar Caribe y las salinas, se vinieron abajo y esto trajo como consecuencia la pérdida de más de 24 mil toneladas de sal, que es el único medio de subsistencia que tiene la comunidad', comentó el líder comunal del corregimiento.
Por su parte, José Alfredo Gutiérrez, coordinador de producción de la empresa Cabrales Paffen, expuso que el tema de la erosión costera se ha venido denunciando desde hace más de cinco años, pues el jarillón que hoy tiene problemas es una vía de acceso para el recorrido de las salinas y no es una protección costera; razón por la cual el mar ha venido recuperando su espacio y ha generado afectaciones en los depósitos salinos.
Actualmente, el concesionario ha realizado trabajos de mitigación, instalando sacos con arena para contener el ingreso del mar; sin embargo, la fuerza del agua es mayor y logra filtrarse a los depósitos, retrasando el proceso de la evaporación del agua y la formación de la sal.
'El Gobierno no nos ha ayudado con el tema de la erosión costera y por eso la empresa está sufriendo. Las pérdidas de sal podrían superar las 20 mil toneladas, afectando a más de 300 familias que se ganarían unos 300 o 400 millones de pesos, que es lo que genera una cosecha', advirtió Gutiérrez.
Este sábado, la concesión tuvo una reunión con la Alcaldía municipal y el director de Gestión del Riesgo, en el que se planteó la declaratoria de calamidad pública, para que de esa manera el Gobierno nacional intervenga y pueda trabajar de forma articulada para salvaguardar las salinas de Galerazamba, que es lo que desea la comunidad de Santa Catalina.