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Agarrados de la mano, así como han caminado por más de 50 años, Félix Hadechiny y Candelaria Jiménez llegaron hasta el estadio Romelio Martínez para cumplir una cita ineludible: vacunarse contra la covid-19.

Para esta pareja de esposos –de 82 y 79 años, respectivamente–, aplicarse la vacuna era una decisión tomada. Por eso no titubearon al momento de trasladarse hasta el escenario deportivo tras enterarse de su habilitación como punto de vacunación.

'Yo fui enfermera y sé que uno de los cuidados principales para nosotros es la vacuna; por eso dijimos que teníamos que vacunarnos', expuso Candelaria, quien dentro de pocas semanas cumplirá 80 años.

Con firmeza en su voz, la mujer sostuvo que la vacuna se convierte en una especie de garantía de poder seguir viviendo días felices junto a su esposo.

'Esto refrenda nuestro amor. Yo quiero que Dios nos prolongue nuestros días y esta es una bella ocasión, es una vacuna para prevenir cualquier complicación', agregó.

Nadim Hadechiny, el hijo menor de la pareja, fue quien los acompañó durante todo el proceso. El hombre de 45 años sostuvo que la vacuna permitirá aminorar las afectaciones que sus padres han tenido durante la pandemia, puesto que han debido abandonar su rutina diaria para confinarse en casa.

'Ellos son muy activos, dos personas que les gusta estar en la calle. Este tiempo ha sido muy difícil para ellos, especialmente para su salud mental', dijo.

A pocos pasos de ellos, Nohemí Fontalvo de Martínez llenaba el consentimiento informado para recibir la vacuna.

Esta mujer de 85 años llegó al estadio junto a su nieto Adrián Fajardo procedente del barrio La Magdalena, a pesar de que sus hijos no se encontraban de acuerdo.

'Me le escapé a mis hijos para vacunarme. Estábamos los dos solos en la casa y nos vinimos. Yo no salgo de mi casa y lo hice hoy para venir a vacunarme', expuso.