Un proyecto piloto de meliponicultura (cultivo y cuidado de especies de abejas nativas para obtener miel) les ha permitido a 20 familias de los municipios de Repelón y Villa Rosa, en el Atlántico, preservar el medioambiente y diversificar sus alternativas de ingresos.
'Hemos tenido la oportunidad de aprender sobre las abejas y no solo para obtener miel y cera, pues ahora queremos potenciar este proyecto y ampliarlo hacia el ecoturismo y el turismo sostenible en nuestra región', cuenta Reinel Cabrera, un agricultor de 64 años que siembra yuca y ñame en Repelón, y que ha sido beneficiado con esta iniciativa.
Lo primero que se hizo como parte de este proyecto piloto fue la instalación del meliponario base, el lugar donde se alojan las 40 colonias de la iniciativa productiva. En cada una puede haber entre 500 y 2.000 abejas y se deja abierta la posibilidad de reproducción de esta especie para que se pueda trasladar la iniciativa a otras comunidades vecinas.