La oscuridad, la sequía y la invasión de trupillo comenzaron a quedar atrás. Extensas hectáreas de tierra que antes eran solo hierba amarilla hoy muestran su verdor. Los campesinos han vuelto a soñar con ser una despensa agrícola, como lo fueron hace muchos años, y conseguir productos tipo exportación.
No ha sido una tarea fácil porque no había condiciones para sembrar e invertir en el campo: los distritos de riego estaban dañados, la electrificación rural no existía y la falta de apoyo tecnológico les impedía tener una mayor producción.
Este panorama comenzó a cambiar desde hace cuatro meses cuando comenzaron las obras de rehabilitación de los distritos de riego en los municipios del sur del departamento. Los trabajos, en los que se invierten $27 mil millones, arrancaron gracias a un convenio entre la Gobernación, el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural y la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA).
Estas entidades contrataron a la firma Consorcio Distritos Atlántico para la ejecución de los trabajos que, según informó la gobernadora Elsa Noguera, avanzan rápidamente para el beneficio de pequeños, medianos y grandes productores.