El sol calienta y del asfalto emana casi que vapor. Tubará, municipio del departamento del Atlántico, deleita a sus visitantes no solo con sus paisajes, sino con la amabilidad que brindan sus habitantes a propios y visitantes.
Casas en cemento y pintadas de colores vivos intercalan con viviendas tradicionales hechas de barro, arcilla y madera que se protegen con techo de palma. 'Aquí vive un Mokaná', se identifica.
'Estamos en nuestro territorio y en una lucha constante por mantener vivas nuestras tradiciones', afirma Digno Dantiago, gobernador de la comunidad indígena Mokaná que habita en Tubará, la más grande en el departamento de Atlántico con aproximadamente unos 5.700 personas, según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
El Atlántico cuenta con 33 mil indígenas reconocidos como Mokaná, asentados en siete municipios: Galapa, Malambo, Baranoa, Tubará, Puerto Colombia, Usiacurí y Piojó, de acuerdo con la Gerencia de Asuntos Étnicos.
Pese a que todos son considerados como 'hermanos Mokaná', de acuerdo a su ubicación geográfica varían algunas de sus costumbres y rituales.
EL HERALDO visitó Malambo donde se encuentra la única guardia indígena del departamento, y Tubará que posee el lugar más sagrado para ellos que es Piedra Pintada.