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Los andenes de las calles llenos de peatones esperando que pase el transporte público que los llevará de regreso a casa, luego de terminar la 'ardua' jornada laboral es el panorama que se vive en las calles de la ciudad después de 6:30 p. m. cada día. Cansados, preocupados y –en muchos casos– sin la posibilidad de tomar un taxi, se observa a las personas caminar de un lado a otro esperando 'que ocurra un milagro divino' y pase la ruta.

La movilidad en Barranquilla es un tema que aqueja a la ciudadanía debido a que cuando empieza a caer la noche los buses urbanos son cada vez más escasos. Diariamente la comunidad 'sufre' por desplazarse de un lugar a otro, en medio de su lucha por no 'gastar de más'.

Ana Milena Rosas, quien se encontraba a la espera de abordar un bus en las afueras del centro comercial Portal del Prado, manifestó que es 'frecuente' permanecer varios minutos esperando la ruta de bus de La Carolina para llegar hasta Alameda del Río, y que cuando no logra llegar 'a tiempo' debe tomar un transporte alternativo.