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El uso del motocarro es un problema sin solución; por el contrario, crece cada día. En el caso de Soledad, el asunto se ha vuelto mucho más complejo después de la pandemia, debido a que miles de familias encontraron en esta actividad una salida a las dificultades económicas por la pérdida de empleo.

A esto se suma el problema de movilidad que generan por el incumplimiento de las normas de tránsito y la falta de control por parte de las autoridades. Quienes utilizan este transporte ilegal no calculan el riesgo que enfrentan, especialmente, cuando transitan por la calle 30, donde confluyen diferentes actores viales.

Un motocarrista asegura que deben salir a laborar desde tempranas horas de la mañana, como se haría en cualquier empleo, para lograr conseguir el producido, pagar la tarifa, en caso de que el vehículo sea alquilado y, además, llenar el tanque de la gasolina.

Kevin Cera menciona que desde hace dos años y medio ha logrado mantener una 'buena' calidad de vida gracias a sus dos motocarros, uno propio y otro en alquiler. Con el dinero que obtiene con ambos vehículos, según él, consigue mantener y alimentar a su familia.