Además de lo inseguro que pueden llegar a ser las calles por los altos índices de criminalidad, en cualquier ciudad del Caribe o en el resto del país, hoy la ciudadanía también debe lidiar con una pluralidad de formas delictivas, entre estas los ciberdelitos que acechan en el campo virtual.
Un informe de la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones reveló que el año anterior los ciberdelitos se consolidaron como la modalidad delictiva con mayor crecimiento en Colombia en los últimos tres años, con un aumento del 115%, según el número de denuncias acumuladas presentadas por la Fiscalía General de la Nación entre 2020 y 2021 con respecto a 2019.
Y en este 2022, el mismo organismo registró que en el primer semestre existieron 'vectores que siguen creciendo, entre ellos el acceso abusivo a sistema informático que presentó 6.407 casos, es decir 46% más que en el mismo periodo del año anterior, ubicándolo como el delito con mayor crecimiento, y el hurto por medios informáticos, que presentó un incremento del 15 % con 11.078 casos denunciados'.
De acuerdo con el ente, las ciudades que presentaron un mayor número de incidentes fueron Bogotá, Medellín, Barranquilla, Cali y Bucaramanga, ciudades en las cuales 'se concentra más del 70 % de las denuncias instauradas durante el primer semestre del 2022, aspecto asociado a la penetración de internet, número de usuarios en plataformas de e-commerce y banca virtual'.
Frente a este panorama, la Cámara Colombiana de Informática y Telecomunicaciones propone que las organizaciones tienen que 'implementar medidas de seguridad mucho más robustas y que mantengan actualizados los sistemas informáticos y aplicaciones web, sin dejar de lado las campañas de sensibilización y concienciación de usuarios para disminuir las brechas digitales y el desconocimiento de las técnicas del ciberataque'.
Un investigador de la Sijín de la Policía, en diálogo con EL HERALDO, manifestó que detrás de las pantallas de los computadores o dispositivos móviles pueden llegar a esconderse 'bandas delincuenciales' que están en 'línea' y a la espera de que los usuarios de internet hagan compras tras 'considerar descuentos y el tiempo límite de la ganga'.
'Con mucha frecuencia los estafadores falsifican un sitio web, una aplicación móvil o lo que es cada vez más habitual, un anuncio publicitario en las redes sociales como Facebook o Instagram', advierte el detective.
'Las tiendas electrónicas inexistentes se inventan desde cero. Muchas imitan los logotipos , colores y una URL que se confunde fácilmente con el de verdad. Tienen estrategias que hacen que la víctima no se sienta insegura, sino hasta que ya pasen horas después de configurarse la estafa', dice el miembro de la fuerza pública.
Asegura que otra de las conductas delictivas es el phishing. 'Son páginas falsas para capturar información financiera de los clientes) y el smishing (envío de mensajes de texto ofreciendo premios o solicitando a las personas comunicarse con un call center que resulta ser falso)'.