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Durante el 2022, el robo y sacrificio ilegal de reses en los municipios del Atlántico se ha convertido en el delito más 'preocupante' para los campesinos y pequeños ganaderos, puesto que su patrimonio y seguridad alimentaria ha venido siendo golpeada por un gran número de personas que practican este modo operandis en la madrugada o a plena luz del día.