Más territorios se siguen sumando con buenas prácticas a la conservación de la biodiversidad y a contrarrestar en gran medida la deforestación de los bosques. Es el caso de los municipios de Manatí y Ponedera, en el Atlántico, donde se viene implementando una estrategia que no solo ayuda a detener la tala y uso indiscriminado de los árboles, sino que también contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas tanto a nivel de la salud como en su economía.