Con el propósito de evitar emergencias durante esta segunda temporada de lluvias, la Alcaldía de Barranquilla anunció la restricción de permisos para la realización de eventos al aire libre durante los meses de octubre y noviembre.
Según la circular 01 de 2024, firmada por el jefe de la Oficina de Gestión del Riesgo, Fernando Fiorillo, los peligros actuales, especialmente los provocados por el vendaval que el 16 de septiembre afectó a más de 1.500 hogares en Barranquilla y produjo la caída de cerca de 200 árboles, motivando la declaratoria de calamidad pública, hacen urgente la implementación de medidas preventivas.
“Nos permitimos recomendar a todas las dependencias reducir la realización de eventos institucionales al aire libre durante los meses de octubre y noviembre de la corriente anualidad, en consideración a los factores de amenaza, exposición y vulnerabilidad, o en su defecto considerar hacerlos en espacios cerrados que ofrezcan seguridad a las comunidades ante los escenarios de riesgo por fuertes lluvias, vendavales, tormentas eléctricas, caída de árboles y de redes de energía eléctrica”, indicó el funcionario.
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La recomendación se fundamenta en la necesidad de mitigar riesgos como vendavales, inundaciones y caídas de redes eléctricas, que han sido identificados como escenarios prioritarios en el Plan de Gestión del Riesgo de la ciudad.
Se insta a las dependencias a considerar la realización de eventos en espacios cerrados que garanticen la seguridad de los asistentes. “Las condiciones climáticas actuales, influenciadas por el fenómeno de La Niña, aumentan la vulnerabilidad de nuestra ciudad. Por ello, es fundamental priorizar la seguridad de la comunidad”, declaró Fiorillo.
La decisión implica que a partir de la fecha y hasta mediados del mes de noviembre, la Oficina de Gestión del Riesgo no dará vistos buenos para realización de eventos al aire libre, especialmente aquellos que impliquen montajes de estructuras itinerantes, mobiliarios, carpas, instalaciones eléctricas provisionales, pantallas móviles, susceptibles a ser desplazados por la fuerza del viento o ser potenciales receptores de descargas eléctricas que puedan ocasionar daños a personas, bienes e infraestructuras públicas y privadas.
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Las solicitudes que no cumplan con estas directrices serán devueltas a sus remitentes. La medida busca cumplir con los objetivos del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo, centrados en la protección de la población y la mejora de la calidad de vida ante situaciones de emergencia.
