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En el segundo día de la versión 34 del Congreso Nacional de las Cajas de Compensación Familiar, denominado “Futuros Posibles”, que se desarrolla en Medellín, Adriana Guillén, presidenta de la Asociación Nacional de Cajas de Compensación (Asocajas), sostuvo que el país necesita con urgencia que las Reforma laboral y la educativa trabajen de la mano para lograr erradicar los rezagos en las comunidades.

Asimismo, señaló el hecho de que las nuevas generaciones están teniendo dificultades en la pertinencia de la educación y la falta de experiencia laboral que están ocasionando problemas para poder vincularse al sistema.

“La generación silenciosa y los baby boomers han enfrentado desafíos significativos, mientras que las generaciones más jóvenes, como los millennials y centennials, están redefiniendo las dinámicas laborales debido a rápidos cambios tecnológicos y cambios demográficos”, dijo Guillén.

Enfatizó, además, en que las estructuras laborales actuales fueron creadas para generaciones anteriores y no se adaptan a las necesidades de las nuevas generaciones, que no cuentan con el mismo respaldo poblacional. Además, señaló una preocupante situación de informalidad y falta de acceso a pensiones para millones de personas, lo que presiona a las familias en un contexto de disminución de la pirámide poblacional.

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La presidenta de Asocajas sugirió la necesidad de implementar un sistema nacional de cuidado para apoyar a las mujeres en oficios del hogar y la urgencia de reformas pensionales para incluir a aquellos en la informalidad. En exposición resaltó que el subsidio de pensiones debe ser complementado para garantizar un nivel de vida digno a los adultos mayores en un sistema que ha demostrado ser insuficiente.

Guillén resaltó que en Colombia, el 58% de la población ocupada trabaja de manera informal, mientras que solo el 31% tiene un contrato laboral formal. La mayoría de los trabajadores formales lo hacen bajo contratos técnicos, y un 62,3% de ellos tiene un contrato a término fijo.

Las empresas medianas y grandes, que constituyen el 3% de las unidades productivas, son fundamentales para proporcionar beneficios a los trabajadores de bajos ingresos. Se señaló también que la relación laboral clásica está cambiando, especialmente entre los mileniales y centeniales, quienes prefieren jornadas flexibles y trabajo remoto, y que la normativa laboral debe evolucionar para adaptarse a estas nuevas formas de vinculación.

Consideró que hay un problema en la educación, ya que las reformas laborales y educativas no se están alineando, lo que afecta la empleabilidad de los jóvenes. Actualmente, hay 2,6 mil millones de personas menos ocupadas, de las cuales el 73% son millennials y centennials.

70 años de historia

La presidenta de Asocajas mencionó que desde 1997, las cajas de compensación en Colombia han evolucionado de ofrecer únicamente subsidios familiares a incorporar una amplia gama de servicios sociales y económicos, incluyendo salud, vivienda, empleo y educación.

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Recordó que inicialmente, su enfoque estaba en la atención a trabajadores y sus familias, con la creación de clínicas y hospitales, seguido de la habilitación para gestionar EPS en el régimen subsidiado de salud

“En vivienda, las cajas han entregado entre 55.000 y 60.000 subsidios anuales, contribuyendo al empleo en el sector construcción. En el ámbito del empleo, mantienen la mayor red de agencias de empleo y otorgan subsidios y capacitaciones a personas desempleadas. Además, están involucradas en la educación, operando guarderías, colegios, y centros de formación”, agregó.

De igual manera, destacó la importancia de trabajar en conjunto con otras entidades gubernamentales para mejorar y expandir estos programas.

David Escobar, director de Comfama, reflexionó sobre la historia y la importancia de las cajas de compensación en Colombia, centrándose en el impacto de Confama y su evolución desde 1954 hasta la actualidad.

Señaló el papel de estas organizaciones en la construcción social, el diálogo entre tradición e innovación, y su función en la movilidad social a través de la educación, vivienda y empleo.

“Las cajas han adaptado sus servicios a los cambios demográficos y económicos del país, y se enfatiza que su legado va más allá de ofrecer recreación, destacando su contribución a la salud y el bienestar de la población. Además, se plantea la necesidad de que los beneficiarios se comprometan con las oportunidades que se les brindan para realmente lograr un progreso social”, puntualizó.