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Juan Manuel Galán, presidente del partido político Nuevo Liberalismo, en diálogo con EL HERALDO, cuestionó la actitud y la política del Gobierno hacia la Fuerza Pública. Señaló que hay una desmoralización, además de una desfinanciación, que ha impactado drásticamente la capacidad operativa de estas instituciones para combatir el crimen organizado que se ha expandido significativamente en el territorio nacional. Habló también sobre la actuación del presidente Gustavo Petro en crear –según dijo– distracciones para desviar la atención de las verdaderas crisis que afronta el país.

¿Qué piensa sobre la apertura de investigación y la formulación de cargos del Consejo Nacional Electoral a la campaña del presidente Petro?

Pienso es que la institucionalidad debe tener todas las garantías para proceder con independencia, con pesos y contrapesos, que es el sistema democrático que tenemos, y esa institucionalidad representada en lo que es hoy el Consejo Nacional Electoral ha tomado unas decisiones que se deben respetar y acatar.

Ahora, que esto sea aprovechado por el Gobierno nacional para distraer la atención sobre los problemas graves y urgentes que tenemos, es otra cosa. El problema de la seguridad, justamente la extorsión que tanto ha golpeado como delito a Barranquilla; la crisis energética, acá en la Costa el kilovatio pasó de $600 a $1.700, ese tema tiene que ser prioridad; además de la falta de ejecución del Gobierno.

Entonces, frente a todas estas crisis de corrupción, de escándalos, se aprovecha cualquier oportunidad para volver a crear esa cortina de humo de que aquí hay que hacer una Asamblea Nacional Constituyente, que hay un golpe de Estado que se está gestando o que hay intentos para asesinar al Presidente de la República, todo eso busca distraer la atención sobre los problemas que se avecinan como la crisis energética.

¿Cree que el Presidente ha tomado una actitud victimista cada vez que se le pone la lupa a una actuación?

Siempre es el mismo modus operandi. Son anuncios erráticos que no terminan en nada, distractores para poner a hablar al país de cualquier cosa que a él se le ocurre, ignorando los problemas verdaderos que hay que abordar, la crisis de la seguridad, la pérdida de presencia territorial de la Fuerza Pública como el Clan del Golfo que ha ganado terreno, ya está controlando más de 300 municipios en el país con violencia real, extorsión, crimen callejero, microtráfico.

Las cárceles se han convertido en santuarios del crimen donde se comunican los criminales y hacen negocios y extorsiones. La paz total ha sido la ventaja total para estos grupos. Ese santuario lo han encontrado en la paz total, en las cárceles y también en Venezuela porque pasan las fronteras y allí reciben protección esas estructuras criminales, instrumentalizadas políticamente, actuando en el territorio nacional. Entonces es un modus operandi, es sistemática la intención de distraer la atención.

¿Cree que la Fuerzas Militares han estado de manos atadas con la política de seguridad del Gobierno?

Hay tres palabras fundamentales sobre la actitud y la política del Gobierno hacia la Fuerza Pública: la desmoralización, la desfinanciación y la inmovilización.

La desmoralización tiene que ver con que la Fuerza Pública no percibe de su comandante supremo, de las Fuerzas Militares y de Policía un respaldo, un apoyo para ir a la ofensiva, para cumplir con su deber constitucional de proteger la vida, honor y bienes de los ciudadanos y de garantizar el orden constitucional democrático en Colombia.

Por otro lado, está la desfinanciación. Los presupuestos han sido recortados dramáticamente y eso ha tenido un impacto en la capacidad de proyección de fuerza en el activo estratégico más importante que tiene que son los helicópteros. El Ejército, por ejemplo, tiene 53 helicópteros Black Hawk que cumplen operaciones ofensivas, transporte de tropa, de carga, operaciones de búsqueda y rescate, apagar incendios, y de los 53 helicópteros solo 18 están operando, los demás están en tierra sin poder operar porque no hay recursos.

La flota de helicópteros Mi-17, que son los helicópteros de fabricación rusa, su cadena de suministros está interrumpida desde la guerra con Ucrania. Entonces si no hacemos un gran esfuerzo en ese sentido para recuperarle las capacidades, la moral y la financiación a la Fuerza Pública no vamos a tener una herramienta para todo ese plan de choque de recuperación territorial que se requiere y que tiene que ir acompañada de una presencia integral e interagencial del Estado con políticas sociales.

Usted insistió mucho en ese tema de seguridad, ¿ha encontrado respuestas por parte del Gobierno para controvertir esta situación o mejorarla?

Si las respuestas por parte del Gobierno son sus bodegas, ha habido muchas respuestas porque cada vez que se pone un mensaje se viene una andanada de toda esa maquinaria digital que tienen organizada, muy bien aceptada y financiada, para descalificar en lo personal a cualquier persona que se atreva a cuestionar o a criticar el dogma ideológico que ellos tienen como si fuera una especie de credo religioso en donde la técnica y la evidencia no cabe.

Ese dogma para tomar decisiones nos tiene ad portas de una crisis de seguridad junto con una crisis energética muy grave, que le va a estallar en las manos al Gobierno nacional y que nos va a afectar a todos los colombianos.

En materia de gas todavía hay altas preocupaciones de diferentes sectores. ¿Cuál es su lectura del panorama actual en este tema?

No podemos seguir con los yacimientos de gas paralizados, porque esa explotación no es como prender y apagar el switch de la luz. Retomar la explotación de un yacimiento energético de gas tiene unas contingencias, una planeación, unos procesos para reactivar su explotación y eso no es de la noche a la mañana, eso toma tiempo y toma recursos. Y Ecopetrol, que está cada vez más endeudado y que ha perdido toda su capacidad institucional, no ha podido avanzar en sacar ese gas que permita mitigar la crisis que se avecina.

Esperamos que eso avance porque de lo contrario los usuarios y la competitividad de las regiones se va a perder, porque si no hay gas la gente no tiene como cocinar, ni cómo vivir, entonces va a ser una situación muy compleja.

¿Cree que el Gobierno se contradice al decirle a Ecopetrol que se tiene que sacar de la cabeza el tema del petróleo y volverse inteligencia artificial?

Esas contradicciones, mensajes políticos erráticos del Gobierno, la inejecución, la ineficiencia, la ineptitud para administrar y gerenciar y dedicarle el gasto público a malgastarlo en funcionamiento improductivo, todo eso hace parte de la estrategia del Gobierno de escudarse con esa retórica victimizante al hablar de golpes de Estado o de intentos de asesinato que no existen.

Por otro lado, ¿En qué está el Nuevo Liberalismo? ¿Cuál es la ruta que usted quiere tomar en la dirección?

Estamos en un proceso de construcción de partido y queremos mostrar, desde los partidos políticos, que la política se puede hacer de otra manera, sin clientelismo y sin corrupción. Estamos preparando lo que va a ser nuestro Congreso Nacional en Cartagena de Indias el 29 y 30 de noviembre.

Preparatorio del Congreso tenemos las asambleas territoriales del partido, ya se hizo la del Atlántico. Venimos acompañando ese proceso de las asambleas que están conformando los comités territoriales y designando los delegados al Congreso Nacional y trabajando para el 2 de noviembre en la realización de nuestra cumbre programática que va a ser un proceso innovador.

Queremos hacer un ejercicio de democracia deliberativa. En el mundo de la tecnología se desarrolla lo que se llaman los ‘hackatones’, en donde por equipos deben resolver unos retos y tener las condiciones de información, datos, ambiente, de escenario para poder resolver el reto.

Haremos la primera ‘hackatón’ política y pondremos a los equipos retos sobre los problemas del país, como resolver el problema de las altas tarifas de energía en la Costa Caribe; la crisis energética que se avecina con el gas; el déficit de vías terciarias que tenemos en el país, que tenemos 148 mil kilómetros, pero solo 1.400 en buen estado; además de cómo lograr la presencia del Estado en un componente, además de seguridad preventiva, una política social.

¿Cómo se pueden disminuir los indicadores de violencia política en un país cada vez más polarizado?

Lo primero es el discurso y el discurso del poder. Hoy en día el poder es el Gobierno del Pacto Histórico de Gustavo Petro y si desde el poder no hay un discurso que una al país, que busque acercar posiciones disímiles, que sea el árbitro de las instituciones del Estado en relación a respetar la separación de poderes, los pesos y contrapesos, las decisiones judiciales, es difícil.

Lo primero para evitar esa violencia política es moderar el discurso político y salir de la polarización. La polarización es uno de los principales obstáculos que tenemos hoy para que el país salga adelante.

De cara al 2026, ¿Hay algún apoyo a una candidatura presidencial?

No, lo que hay que hacer es trabajar primero en el Congreso de la República, lograr unas listas a la Cámara de Representantes y al Senado que sean representativas de los territorios, tenemos que recuperar el apoyo perdido a los alcaldes y a los mandatarios locales que hoy están solos, defendiéndose como pueden, porque no tienen para nada el apoyo. Tienen un Gobierno nacional que se les atraviesa, que los obstaculiza permanentemente en materia de seguridad, de proyectos de infraestructura que están tratando de sacar las ciudades adelante.

Entonces, todo eso hay que recuperarlo, y claro que la Presidencia de la República es una elección muy importante, pero hay que pensar en equipo. Los colombianos siempre pensamos en individualidades, porque nos ha tocado muchas veces sobrevivir, y la supervivencia ha hecho que la gente individualmente intente salir adelante, pero tenemos que empezar a pensar que si nos unimos, que si hacemos equipos, podemos salir más fácil adelante.

¿Cómo ve a Barranquilla y el modelo de sociedad que se ha construido en los últimos años?

Creo que Barranquilla ha logrado construir un imaginario que ha trascendido sus fronteras, de una ciudad que va para adelante, que avanza, que progresa, que mejora su infraestructura, que mejora su ambiente de negocios, y ese imaginario pues hay que protegerlo, hay que fortalecerlo hacia adelante y ojalá las demás ciudades de la Costa lo puedan tener.