Por medio del lenguaje del arte y el amor, Zamara Comas ha logrado reposar su dolor. Ante la imposibilidad de explicar con palabras lo que embarga a su corazón tras la muerte de su hijo, esta mujer ha optado por refugiarse en la arcilla para canalizar la tristeza y el desasosiego.
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El asesinato de su hijo Jack Ramírez, sin duda, dividió su vida en dos. Desde aquel primero de noviembre de 2023, cuando desconocidos le dispararon tras dejar a su novia en su casa, Zamara ha vivido una historia plagada de angustia y desolación, que ha empezado a sanar gracias a este ‘ejercicio de liberación’.
En este proceso, la mujer ha apostado por fortalecer a ‘Zerámico’, un emprendimiento que se ha consolidado como un “espacio para impulsar la creatividad y sanar el alma a través del arte”. En este lugar se desarrollan talleres para moldear arcilla y también se enseñan técnicas para dar forma al barro con una máquina especial para lograr creaciones únicas.
“El barro sana. Es un proceso de paciencia, de resiliencia. La cerámica ha sido mágica para mi vida”, sostuvo la barranquillera, quien recordó que a través de este oficio ha podido ir dejando en el pasado los momentos de dolor que ha causado la pérdida de su hijo.
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En ese sentido ha enfatizado que parte de la clave ha sido que el “arte de la arcilla requiere enfocarse en el aquí y ahora”. No oculta que es una labor que cuenta con mística y que para obtener resultados exitosos se necesitan los materiales indicados.
“Una pieza lista demora alrededor de 40 días, a veces más. Necesitas un horno industrial que esté a más de 10 horas y a 1.000 grados centígrados para que no se tuerza la pieza”, comentó.
El proceso de decoración es dispendioso, pues se deben hacer detalles que el cliente quiera personalizar, y cuando se culmine se debe mandar nuevamente al horno.
Sin embargo, ha sido la ruta para encontrar la calma que necesitaba: “Por eso hablamos mucho del barro para el alma o cerámica para el alma, porque te ayuda a desconectarte un poquito del caos de alrededor y reconectar contigo misma con ese silencio que a veces necesitamos”.
Por eso, la barranquillera aconseja que para vivir el duelo es importante conocerse bien y tener una idea de qué cosas pueden ayudar para salir adelante.
“Tienes que permitirte sentir el proceso y vivirlo, porque hace parte de la vida. Además de buscar ayuda, además de leer y dejarte acompañar, es buscar actividades que te nutran el alma”, es la recomendación que la mujer les da a las familias que atraviesen una situación similar.
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Los recuerdos de Jack
Sobresaliente, aplicado, deportista, leal y soñador. Esas son algunas de las virtudes con la que es recordado Jack Ramírez. Su muerte se produjo poco después de graduarse como ingeniero mecánico de la Universidad del Norte, un logro que obtuvo tras haber sido becado por sus buenos resultados en las pruebas Saber 11.
Su asesinato fue tan mediático, que los ciudadanos no concebían cómo podía sucederle eso a un joven que apenas empezaba su vida. Aunque para muchos fue una situación indignante, para su madre fue observar cómo su peor pesadilla se convirtió en una realidad.
Recordó que Jack había dejado a su novia en su casa, a quien había ido a recoger al trabajo. Eran las 10:55 p. m. cuando se estacionó frente al hogar de la joven y fueron chocados levemente por otro automotor.
El hecho llamó la atención del joven, por lo que se bajó. Aunque no se mostró hostil en ningún momento y estuvo quizás dispuesto a mediar con la persona, el copiloto del automóvil salió con pistola en mano.
Al observar el arma, Ramírez corrió de vuelta al carro, pero fue perseguido por el sujeto y le disparó. Los ladrones le ordenaron a la novia que se bajara, se subieron al carro, dejaron su cuerpo en la calle y salieron a la huida.
“Cuando me llamaron yo no lo podía creer. Yo decía: pero si acaba de salir, ¿qué pasó? Nunca en mi vida había sentido tanto miedo. Alcancé a ver sus pies y estaban pálidos. Me dijeron que el disparo fue en la cabeza. Supe que mi hijo no estaba bien”, recordó.
En ese instante supo que lo mejor era dejarlo ir. Así, con toda la fuerza que no sabe dónde sacó en el momento y le dijo a su hijo más pequeño “tenemos que despedir a tu hermano”. Cuando todos en su familia le dieron el último adiós a Jack, éste falleció.
“Es lo más duro que me ha tocado hacer, pero creo que también es la muestra de amor más grande”, dijo Zamara.
Un legado
En el primer aniversario del fallecimiento de Jack, su familia recordó que uno de sus sueños fue apoyar a que otros jóvenes pudieran acceder a la educación superior.
“Él soñaba que, cuando fuera mayor y tuviera un empleo donde ganara mucho dinero, poder ayudar a otro joven de poder pertenecer a una universidad con la calidad y el estándar de la Universidad del Norte”, dijo.
Por eso, en conjunto con la Universidad del Norte, en honor a su memoria, vienen liderando un movimiento para “aportar un granito de arena” para impulsar el programa +Becas.
“La única manera de cambiar nuestra sociedad es a través de la educación de calidad. Por eso te invito a que te unas al sueño y al anhelo de Jack para que podamos regalarle esa oportunidad y esa felicidad a esos jóvenes que se esfuerzan cada día por seguir adelante”, agregó la mujer.
Comas finalizó diciendo que “si los jóvenes que le hicieron esto a mi hijo hubiesen tenido otras opciones diferentes a la delincuencia, seguramente mi hijo estuviera vivo. Por eso te invito a que hagas parte de este lindo proyecto y transformemos vidas”.
¿Cómo vivir el duelo?
La psicóloga clínica María Eugenia Sarmiento definió el duelo como la respuesta psicológica causada por la pérdida de un ser querido. El acontecimiento es tan radical que genera una serie de cambios que la persona va a enfrentar durante el proceso.
El primer año, contó la experta, es el más difícil, pues es el periodo que califica como las primeras veces sin su ser querido. Y más si el duelo es por la pérdida de un hijo, un sufrimiento que catalogó como el más significativo.
En ese sentido, la experta especificó que hay tres tareas básicas en el proceso de duelo: reconocer la pérdida del ser querido; experimentar y vivir el dolor que produce dicho acontecimiento, e incorporar la pérdida en la vida, es decir, continuar con su vida.
También recalcó que existen etapas que se han identificado como universales cuando se trata de la pérdida.
“La primera es la negación, que puede durar horas, semanas e incluso meses. La persona no cree que su ser querido haya partido; la segunda es el enojo, en donde buscan encontrar culpables, y la tercera es la reedificación, en donde se preguntan qué harán con su vida”, explicó Sarmiento a este medio.
La última fase es la que podría relacionarse con la vida actual de Comas, quien decidió seguir adelante por su hijo y su familia, y dedicarse a la arcilla.
Cabe anotar que la escritora colombiana Piedad Bonnett lanzó un libro para conmemorar a su hijo Daniel Segura, quien decidió quitarse la vida el 14 de mayo del 2011. En el texto, la escritora comprende el dolor que sintió al perder a su hijo.
“Ahora sé que el dolor del alma se siente primero en el cuerpo. Que puede nacer de improviso, en forma de un repentino desaliento, de un aleteo en el estómago, de náusea, de temblor en las rodillas…”, explicó la autora.
Lo que relata la escritora describe lo que Zamara experimentó días después de la muerte de Jack, pues comentaba que tanto era el dolor que padecía que se extrapolaba a su dedos y a su pecho el malestar.
Sin embargo, los anteriores síntomas físicos podrían ser tan solo el comienzo. De acuerdo con Gisella Bolívar, especialista en psicología clínica, se pueden presentar cambios en el apetito por más de dos meses; presenciar etapas de insomnio o de querer dormir mucho; cambios en la personalidad como irritabilidad permanente, llanto fácil, sentimiento de incapacidad; tristeza profunda, y dolores de cabeza.
Por último, Bolívar sugirió que para sobrellevar la pérdida, el afectado debe exteriorizar la tristeza ya sea haciendo ejercicio, pintando o escribiendo un poema.