Se dice que de las crisis se aprende y que de ellas siempre vienen cambios y avances. Ese fue el caso del apagón que sufrió el país hace 32 años. Fueron 343 días –entre el 2 de marzo de 1992 y el 7 de febrero de 1993– de estar a oscuras, a causa de un intenso fenómeno de El Niño que dejó en evidencia las grandes falencias del sistema energético del país, y permitió las reformas que llevaron al mercado a convertirse en un modelo a seguir en América Latina.
(Unos 8,4 millones de personas en Colombia aún enfrentan situación de pobreza energética: Promigas)
Aseguran los expertos en temas energéticos que la falta de inversión en infraestructura y la concentración del mercado en cabeza del Estado fueron algunos de los factores que detonaron la crisis energética, obligando al Gobierno de César Gaviria a racionar diariamente la energía por cerca de 9 horas en Bogotá, 10 horas en los departamentos de la Costa Caribe y hasta 18 horas en San Andrés y Providencia, lo que implicó una afectación de la demanda hasta en un 15 %.
En definitiva, el sistema eléctrico en Colombia no estaba preparado para afrontar situaciones climáticas extremas, como ocurrió en ese momento con el fenómeno de El Niño que dejó los embalses en niveles mínimos históricos. Situación a la que se sumó que las empresas prestadoras del servicio eran 100 % públicas, lo que implicaba una alta rotación de personal por los cambios políticos.
La Junta Nacional de Tarifas, quien era la que definía los valores a cobrar, lo hacía con base en criterios políticos y no técnicos, ya que el Estado no tenía los recursos suficientes para modernizar la infraestructura de un sector que absorbía el 24 % del gasto público y representaba un 33 % del déficit fiscal y un 30 % de la deuda pública.
Una lección aprendida
César Uparela, experto en temas energéticos, explica que Colombia era un país aislado eléctricamente, pues no existía la interconexión eléctrica: “La nueva matriz naturalmente trajo otros beneficios para las regiones que estábamos aisladas”.
(Presidentes de Colombia y Ecuador se reunieron para hablar de cooperación energética)
En palabras de Uparela, el apagón de 1992 sirvió para reflexionar y tener “lo que hoy gozamos de una matriz energética realmente envidiable por muchos países y que las térmicas sirven como respaldo para las hidráulicas porque cuando se hicieron se construyeron todas las plantas hidráulicas pues el consumo en la generación estaba por encima del consumo que tenía el país; sin embargo, se construyeron las térmicas para tenerlas como un respaldo”.
Es por esta razón, sostiene, que Colombia se considera un sistema energético modelo para otros países, y esto se debe a que existe una matriz energética diversa, con cerca del 70 % de recursos renovables hidráulicos, pero con una participación importante de otros recursos que aportan confiabilidad, resiliencia y sostenibilidad, como lo son los térmicos y los no convencionales renovables.
(Gobierno y sector privado se reunieron para agilizar ejecución de proyectos energéticos prioritarios)
“Cuando Colombia llegó a tener esta matriz energética estuvo en el top 5 del mundo en cuanto a producción de energías limpias se refiere. En ese sentido, muchos países tomaron a Colombia como modelo para implementarlo en sus jurisdicciones porque consideraron que era una matriz muy, muy segura”, dice.
Diversificación de la Matriz
Actualmente Colombia cuenta con una matriz de generación de energía eléctrica diversificada, con una participación del 67 % de recursos renovables hidráulicos, del 9.4 % de gas natural, del 9 % de energía solar, del 7 % del carbón y, con una participación por ahora marginal, de un portafolio de nuevas tecnologías renovables que vienen creciendo y que lo seguirán haciendo en el futuro próximo, si las señales de inversión se mantienen.
La capacidad instalada ha aumentado de 8 GW en 1995 a un total de 21,3 GW en 2024, lo que representa un aumento de 266 %. Este crecimiento en capacidad ha sido crucial para atender la creciente demanda sin recurrir a racionamientos.
Es esta diversificación lo que le ha permitido al país adaptarse a variaciones climáticas como el fenómeno de El Niño, que pone a prueba la disponibilidad de recursos hídricos.
(Crisis energética fue advertida y no se tomaron los correctivos: gremios del sector)
Desde el año 2000, la relación entre energías renovables y no renovables ha sido aproximadamente del 80 - 20 %.
Sin embargo, la diversificación ha sido clave para hacer frente a las crisis, pues, en los momentos más álgidos del fenómeno de El Niño, la generación térmica llega a superar el 50 % del total.
Logros después del apagón
A raíz del apagón surgen las leyes 142 y 143 de 1994 referente a los Servicios Públicos Domiciliarios.
Se creó, además, la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg) para regular la forma de cómo se cobraría el kilovatio hora y de esta manera se comienza a conformar los componentes de la tarifa de energía, que en su momento se definió que se conformarían en generación, transmisión, distribución y comercialización de la energía eléctrica.
Estos cuatro elementos constituían en su momento el costo unitario del kilovatio hora. Pero después le fueron agregando los componentes de las pérdidas y las restricciones, que para muchos expertos energéticos no deberían incluirse en la estructura tarifaria, ya que terminan siendo necesarios dadas las particularidades de nuestro sistema.
Transformación del sistema
El ex ministro de Minas y Energía Mauricio Cárdenas le contó a EL HERALDO cómo Colombia pasó de una situación muy precaria, con mucha fragilidad, a comienzos de los años 90, donde las inversiones en el sector eléctrico eran muy lentas y con grandes sobrecostos, –que lo llevó al apagón de 1992– a un país donde la característica central fue una amplia inversión en generación de energía, así como una inversión muy importante también en todas las cadenas del sector eléctrico.
(Enel invertirá 2 millones de euros para impulsar la transición energética en el país)
Cárdenas fue enfático en afirmar que esto se logró no porque “hubiera habido buenos gobiernos y buenos ministros, o empresarios interesados en invertir. Esto se logró porque hubo buenas reglas de juego, ya que hubo una buena institucionalidad”.
En ese sentido, dijo que si se compara la institucionalidad como una explicación del éxito económico de los países; “entonces, Colombia desarrolló una buena institucionalidad en el sector eléctrico porque aprendió de una manera muy dura, que fue a través de una gran crisis”.
Expuso que dicha institucionalidad le dio la estabilidad necesaria para que llegaran al país nuevas inversiones, aumentando de esa manera la calidad y la cobertura del sector eléctrico.
“Esto es importante, los protagonismos, las personas, los individuos. Lo que pasa ahora es que se quiere socavar esa institucionalidad. Todo el tiempo está amenazada, porque ahora se considera que esas reglas de juego fueron equivocadas”, dijo.
Advirtió que permanentemente el Gobierno quiere reformar estas reglas de juego; reduciendo el papel del sector privado y ampliando el del sector público. Ante estos “mensajes” los inversionistas privados se mantienen escépticos a la hora de tomar decisiones, detienen los proyectos o no los aceleran.
“Esta situación lleva al país hoy abocado a que le falte energía en dos o tres años”, agregó.
Hizo referencia que dos países como Brasil y Chile que estando en la orilla de la izquierda, no han puesto en juego a las instituciones de servicios públicos, “no están planteando que el sector público deba volverse a ser cargo de todo como lo está planteando el gobierno colombiano”.
Para él, un riesgo que podría llevar al país a un racionamiento, sin dejar de mencionar las inversiones a la infraestructura eléctrica y la entrada de nuevos proyectos energéticos, es el “abuso” de las consultas previas.
“La consulta previa se hizo para escuchar las necesidades de las comunidades locales y buscar que los proyectos tengan en cuenta esas realidades y generen algo de compensación. No se hicieron para parar el desarrollo, para bloquear los proyectos y para chantajear a los países”, sostuvo.
Reiteró que están mal utilizando este mecanismo, por lo que sugirió hacer un borrón y cuenta nueva, empezar de cero a rearmar el sistema de consultas previas y hacerlo de una manera distinta, porque el costo para Colombia ha sido enorme.
“El costo va a ser un apagón, y yo creo que no tenemos que esperar a llegar al apagón para decir, cambiemos esto. Ojalá nos pudiéramos ahorrar el apagón para darnos cuenta de que las consultas previas quedaron mal diseñadas y se han prestado no para el progreso, no para reivindicar comunidades, sino para el ejercicio de la corrupción”, afirmó.
Desde Acolgen
Natalia Gutiérrez Jaramillo, presidente de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía (Acolgen), destacó que después del apagón en el sector eléctrico se diseñó un modelo basado en la confianza, la cual ha sido fundamental para que este funcione adecuadamente.
Sostuvo, además, que se diseñó un marco regulatorio e institucional fuerte; esquemas de confiabilidad que, a través de las subastas, han asegurado la disponibilidad de energía firme en momentos de crisis, y se ha diversificado la matriz eléctrica. “Esto nos ha convertido en referente a nivel mundial”.
“Es importante que el Gobierno nacional dé señales de política pública para la expansión del parque de generación. Adicionalmente, necesitamos confianza regulatoria y confianza para hacer inversiones, las cuales van de 9 a 14 billones de pesos anuales para atender la demanda”, puntualizó.
Cambio climático y la falta de inversión, el común denominador
Varios países en Latinoamérica actualmente sufre los embates de cambio climáticos y como en Colombia en su momento por un sistema energético débil por falta de inversiones.
Estos países también coinciden en que la mayoría tienen empresas generadoras de energía bajo la responsabilidad del Estado. Para el exministro Mauricio Cárdenas, cuando se depende del Estado para hacer las obras siempre hay sobre costos y demoras.
“Si se demora en la construcción de una carretera no hay crisis, pero una central de generación de energía eléctrica que no se hace a tiempo sí genera una crisis, porque entonces el país se queda sin esa energía. Hoy lo estamos viendo en Ecuador”.
En este país, la principal razón de los cortes es la fuerte sequía que ha afectado la generación hidroeléctrica, que representa alrededor del 72 % de la matriz energética del país. La Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec), una empresa estatal, es responsable de la generación de energía.
Por otro lado México sufrió durante el primer semestre de 2024 racionamientos que fueron atribuidos a la ola de calor y la falta de capacidad para satisfacer la demanda. Expertos atribuyen la falta de capacidad de generación a las políticas para favorecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) –que es una empresa estatal– y a la limitación de permisos de generación eléctrica a empresas privadas.
En Honduras sufre por los cortes de energía debido a la falta de mantenimiento de la infraestructura y problemas de generación de energía por parte del Estado quien maneja el sistema energético . En Argentina, el Gobierno ha anunciado el ´Plan Verano 2024-2025´ para evitar apagones durante esta temporada de altas temperaturas.