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Un panorama poco alentador es el que vive Colombia a merced de las condiciones climáticas. El reciente fenómeno de El Niño, que impactó muy fuerte al sistema energético, trajo a la memoria el mal recuerdo del apagón de 1992.

Hay que recordar que ese hecho dejó grandes lecciones que permitieron que Colombia hoy, pese a las condiciones actuales, sea un referente en materia energética a nivel mundial. Varios países de América Latina y de otros continentes han visto, en este modelo energético, un ejemplo a seguir.

En ese sentido, aún es incierto si en el país se consolidará el fenómeno de La Niña, en el cual se encuentran consignadas las esperanzas para que se recupere el nivel de los embalses y así contar con las capacidades para responder a la demanda energética en la temporada seca.

De acuerdo con los expertos del sector eléctrico, esta delicada situación podría haberse evitado si los nuevos proyectos hubieran entrado a tiempo y si las inversiones en la infraestructura -redes eléctricas- se hubieran realizado de manera paralela.

Según información de XM, en 2021 entró solo el 7 % de la nueva energía esperada; en 2022, el 28 %, y en 2023 ingresó apenas el 17 % de lo esperado. Y en lo que va corrido de 2024 ha ingresado el 15 % de la energía que se esperaba al inicio de año.

Es de anotar que esto no solo ocurre en el componente de generación, ya que en transmisión hay líneas que no han podido empezar a operar y que son fundamentales para transportar la energía hacia las diferentes regiones del país.

A expensas del clima

Para Carmenza Chahín, experta en temas energéticos y ex comisionada experta de la Comisión de Regulación de Energía y Gas (Creg), la situación energética del país en este momento es “muy compleja” a cuenta de unas condiciones climáticas que no se han podido predecir con precisión.

“Primero se habló que tendríamos a La Niña, luego las agencias meteorológicas dijeron que vendría, pero sería una Niña débil, y después dijeron que no, que íbamos a tener condiciones neutrales. Los modelos meteorológicos se están equivocando por el cambio climático”, sostuvo.

Ante los efectos de estos fenómenos climáticos, el país actualmente depende de la generación térmica como una medida para conservar los recursos hídricos que requerirán para este verano eléctrico, que empieza en diciembre y termina en el mes de abril del año entrante.

Chahín fue enfática en afirmar que, si estos aportes hidrológicos no mejoran, o se acercan por lo menos a lo que ha sido la medida histórica, o si las plantas térmicas no están en capacidad de poner mucha energía en el sistema, “podemos inclusive tener problemas para diciembre o enero del año entrante”.

De acuerdo con la excomisionada, se viene hablando de una escasez para los años 2026 – 2027, pero en estos momentos se depende de las condiciones climáticas, de los aportes hídricos —que están por debajo de la medida histórica— y que las térmicas estén en la capacidad de tener esta generación importante de energía. “Esta es una situación compleja”, señaló, si a esto se le suma “la cierta escasez de gas para las térmicas”.

En esa misma línea, se refirió a la transición energética, la cual es muy importante, aseguró, pero se está acudiendo a energías que dependen precisamente del clima.

“Si bien las fuentes renovables deben hacer parte del portafolio de generación, es como jugarse el futuro del país a unas energías que dependen del clima en un entorno de cambio climático”, expresó con preocupación.

Es decir, según dijo, Colombia necesita de energía firme que no dependa del clima. Una energía, agregó, de gas natural y energía nuclear. “De resto, a punta de energía como la que producen estas fuentes, que es energía intermitente, no llegamos”.

Importación de gas

Chahín afirmó que se requiere que el Gobierno garantice una oferta suficiente de gas natural, “cosa que no está haciendo de acuerdo con el pronunciamiento del ministro de Minas”.

“Lo peor que le podría pasar al país es tener un racionamiento eléctrico y un racionamiento de gas. El Gobierno no ha podido desarrollar, ya sea por iniciativa privada o propia, incentivos suficientes para que importemos gas”, anotó.

Juan Ricardo Ortega, presidente del Grupo Energía de Bogotá, en diálogo con EL HERALDO señaló que el país no está logrando que se terminen los proyectos de generación eléctrica y su “llanta de repuesto, que son las termoeléctricas a gas, estamos en un problema de escasez de gas muy serio”.

Para el alto ejecutivo, una de las grandes dificultades que tiene el país en su cadena energética es el retraso de los proyectos de transmisión del sistema nacional. Mencionó que la infraestructura de transmisión tiene 10 años de retraso versus las fechas en que se necesitaba por múltiples razones: bloqueos de comunidades y los grandes trámites que se deben realizar ante el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Habló además de los proyectos eólicos que debieron haber entrado en el 2022: “Ninguno entró y ninguno va a entrar, ni el próximo ni el siguiente”. En ese sentido dijo que se hicieron anuncios que generaron unas expectativas, “y por una cantidad de mala suerte y errores, nada de eso se concretó”.

Más energía firme

Para Colombia tienen mucho sentido los proyectos de energía verde, como lo son los parques solares que tienen y se adelantan en varios lugares del país. Sin embargo, esto no es suficiente, teniendo en cuenta que la energía solar en Colombia logra estar en un 25 % de las horas disponibles.

Es decir, explicó Ortega, “si se tiene un gigavatio de potencia éste no logra generar un gigavatio de hora de energía todo el tiempo, sino aproximadamente un 25 % del tiempo. No solamente porque hay noches, sino porque hay cambios de intensidad y porque los equipos todavía no son tan productivos, aunque eso ha mejorado mucho”, agregó.

Con respecto al gas, sostuvo que no hay solución a la vista para garantizarlo. Para él, se necesita de manera urgente por parte de la Creg la implementación de una regulación para la importación de gas, para evitar monopolios.

Planteó además la posibilidad de otra planta de regasificación. “La discusión de una planta en el Pacífico para poder importar gas peruano tendría mucho sentido. Y eso se podría empezar a hacer rápidamente”, indicó.

El país depende del agua

Colombia sigue dependiendo del agua. Entre el 70 % y el 85 % de la electricidad en Colombia usualmente viene de hidroeléctricas.

De hecho, esa es gran parte de la energía que el país tiene. Y en el oriente del país, donde se encuentra ubicado el embalse del Guavio, las lluvias en los últimos cuatro años han disminuido en cerca de un 20 %.

Y es que para esta época del año –el Guavio– debería estar aproximadamente un 90 % para garantizar electricidad de los meses de enero, febrero, marzo y abril. En este momento está en apenas un 63 %.

“Necesitamos que llueva y cuando uno depende de la lluvia, tiene un riesgo importante que haya un faltante de energía considerable, particularmente al interior del país, a diferencia de la Costa que tiene mucha más seguridad porque tiene tres grandes termoeléctricas”, explicó el alto funcionario.

Ante este incierto panorama, las alternativas que plantea Ortega son “rezar, ahorrar agua y energía”, que es de vital importancia en estos días.

“Todo ayuda, y es súper importante que la gente por su propio bolsillo aprenda a utilizar la energía de la manera más eficiente posible”.

Más incentivos para ahorrar

Una propuesta que plantea el presidente del GEB es que la Creg expida una resolución que genere precios de electricidad por franjas horarias; esto les permitiría a los usuarios consumir cuando la energía es menos escasa.

De acuerdo con XM –empresa que administra el mercado energético- en horas de la madrugada el país solo necesita seis gigavatios de potencia para atender la demanda, sin embargo en horas de la noche, entre las siete y nueve la demanda aumenta a 11 gigavatios; es decir, casi el doble.

En ese sentido, se debería aprovechar esta franja horaria e incentivar el cambio de hábitos para que en este tiempo -en la de menos demanda- se realicen tareas domésticas, como el uso de las lavadoras.

“Para esto se requiere que la gente lo vea en sus facturas, porque como hoy en día te cobran un precio promedio, cambiar el comportamiento no sirve de nada”, enfatizó.

De allí la importante que se genere los precios por franjas horarias. “Eso tiene un impacto inmenso, inmenso para el sistema”.

Esta medida será muy conveniente en el futuro con la entrada de nuevos proyectos solares, ya que el país contará con suficiente energía durante la mañana pero será escasa en la noche. En esta franja, entre las 6 de la tarde y las 9 de la noche.

“es la hora crítica donde uno querría que la gente consuma mucho menos que lo que venía consumiendo anteriormente”, concluyó.

Urgen medidas a corto y mediano plazo para evitar un racionamiento

La presidente ejecutiva de la Asociación Colombiana de Generadores de Energía Eléctrica (Acolgen), Natalia Gutiérrez, coincide con los expertos que la actual situación que atraviesa el país es totalmente atípica. “Esta situación totalmente atípica, pues estábamos esperando que se materializara un fenómeno de La Niña en el que los embalses se pudieran recuperar para este próximo verano eléctrico”. Sin embargo, sostuvo, las lluvias se han demorado, los embalse se han demorado en recuperarse.

Por este motivo se está aplicando el Estatuto de Riesgo de Desabastecimiento, “el cual hemos solicitado al Gobierno que se ajuste de manera diaria”.

Lo anterior, porque se están generando muchas distorsiones en el mercado, las cuales están afectando los precios de manera artificial por la intervención y la disponibilidad del recurso hídrico, indicó.

A esto se le suma el retraso de proyectos, una situación que venía advirtiendo el sector desde hace ya casi tres años: “Insistimos que en el corto plazo hay que hacer una campaña de ahorro eficaz con incentivos claros para las personas y las empresas, que en general toda la demanda use la energía de manera más eficiente durante la época de diciembre a abril”. Para el mediano plazo también se requieren acciones inmediatas, entre ellas, una nueva subasta de expansión por parte de la Creg. Además, el ajuste en el proceso de acceso a las redes que realiza la Upme y en el acompañamiento en territorio para el desarrollo de proyectos: “Todo liderado por un trabajo interinstitucional desde el Gobierno”.