Un aparatoso siniestro vial ocurrido en la mañana del miércoles 30 de octubre a la altura de la Vía 40 con carrera 67B cobró la vida de una mujer identificada como Yulieth Paola García Castro. Este hecho es materia de investigación por parte de las autoridades, aunque lamentablemente no es un caso extraordinario.
Se han vuelto parte del paisaje los múltiples accidentes que prácticamente a diario se suscitan en ese corredor vial. El fiel relato de los muchos riesgos a los que se enfrentan tanto peatones como conductores.
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Según los datos suministrados a este medio por la Secretaría de Tránsito y Transporte y Seguridad Vial del Distrito de Barranquilla, en el año 2024 se han presentado 63 accidentes en la Vía 40, los cuales arrojaron 111 lesionados y una víctima fatal.
A lo largo de este año, de acuerdo con la dependencia distrital, se ha registrado una disminución del 80 % en víctimas fatales, en el comparativo con la misma fecha del año anterior, pues a estas alturas ya iban en ese momento cinco muertes.
Trampas mortales
Buscando constatar las circunstancias que han conducido a tales accidentes, un equipo periodístico de EL HERALDO hizo un recorrido por los 8.5 kilómetros que componen dicho corredor vial. Los resultados fueron, por lo menos, preocupantes.
Desde imprudencias en conductores y peatones, mal estado de la calle, alto tránsito de vehículos de carga pesada e incluso un accidente pudieron captar nuestros lentes. Todo eso sobre las 4:00 p. m., a mitad de semana, todavía sin ser hora pico.
“Somos testigos de muchos accidentes que ha habido acá, personas que se han caído de sus motos, incluso una vez un señor se partió la pierna”, aseguró Iván Racero, empleado de una estación de servicio a pocos metros de la Plaza de la Aduana, con 14 años trabajando en el sitio.
Frente a la estación de servicio hay un hueco en la vía. Los más satíricos dicen que es “todo cráter” tal cual como “el de un volcán”, o el resultado del impacto “de un asteroide”.
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“Hemos visto muchos carros con sus llantas reventadas en el bordillo que está ahí, a todas horas del día y de la noche, y pues el flujo vehicular, cuando es hora pico, se detiene bastante porque la gente le huye a ese tramo”, agregó Racero.
No es un hueco que apareció por generación espontánea, ni que amaneció de un día para el otro. Hace por lo menos dos años que está ahí, como una trampa mortal, esperando para sorprender a sus víctimas.
“Eso ya tiene casi dos años de estar así. Cada día se va deteriorando más, acá se forma un arroyo y se llena de agua. En ese momento ocurren más accidentes porque queda tapado y los que no lo conocen caen ahí”, remarcó.
A lo largo de los 8.500 metros de la ruta, en ambos sentidos de la Vía 40, se encuentran irregularidades y obstáculos que obligan a los carros a hacer continuamente zigzag generando altísimos riesgos de accidentes.
Siniestro en el camino
En la esquina de la Vía 40 con calle 58 se cruzó en nuestro camino un accidente de tránsito, por suerte sin lesionados como consecuencias.
El hecho era protagonizado por un camión de plafón que transportaba en su parte trasera seis rollos de papel de uso industrial, de un enorme peso cada uno. Posiblemente, y a simple vista, estaríamos hablando de un par toneladas de carga.
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En pleno traslado, uno de los amarres falló y el pesado rollo se fue a la calzada, afortunadamente sin golpear a ninguno de los motociclistas que pasaban por el sitio o alguno de los muchos automotores de servicio público o particular que transitan por ahí.
Por más de 40 minutos, de manera infructuosa, el conductor del camión trató al menos de despejar la vía. Pero lo que siguió fue un represamiento del tráfico y con ello un rosario de imprudencias de conductores tratando de esquivar el obstáculo, que por poco provoca más choques.
Así mismo, los peatones se lanzaron sin pensarlo dos veces a cruzar de un extremo a otro de la calle, volviendo todavía más preocupante la situación. Solo hasta que llegó un montacargas para retirar el rollo se normalizó el paso de vehículos, que a esa hora ya empezaba a hacerse complicado por los primeros albores de la hora pico.
Llena de riesgos
Tras comprobar los muchos problemas de seguridad y movilidad en la Vía 40, EL HERADLO conversó con expertos, que se refirieron a las causas que conllevan al incremento de la inseguridad vial en este corredor.
Isidro Ruiz Estrada, experto en vías y movilidad, afirma que en Barranquilla hay dos vías especialmente propensas para los accidentes, ambas transitadas por vehículos de toda clase, donde el peatón no fue tomado en cuenta a la hora de planear sus tramos.
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“En Barranquilla hay dos vías urbanas altamente peligrosas: el corredor de la Circunvalar y la Vía 40. Hay razones asociadas al diseño mismo de esas rutas. La Circunvalar, por diseño geométrico, está ideada solo para carros, los peatones tienen desventaja”, señaló.
En ese mismo sentido, estuvo de acuerdo Víctor Cantillo, experto sobre la materia, quien recalcó que esas dos vías son las de más peligro.
“En efecto, la Vía 40, al igual que la Circunvalar, hace parte de las vías de mayor siniestralidad en Barranquilla. En varios de los eventos más graves están involucrados peatones”, dijo.
La velocidad y la falta de opciones para cruzar la calle, de un lado al otro, son las cosas que están llevando a los accidentes. Adicionalmente, los muchos huecos e imperfecciones en la ruta.
“La Vía 40 es una ruta rápida, pero si miramos el estado del pavimento está en deficientes condiciones: hay sectores levantados, lozas rotas, pavimento muy irregular y con huecos. Es de tráfico pesado, tenemos una velocidad que no debería superar los 50 kilómetros por hora en todo su recorrido, pero la gente muchas veces va a una velocidad mayor”, aseguró Ruiz Estrada.
Por su parte, Cantillo agregó al comentario la falta de cruces seguros a lo largo de la Vía 40, lo que lleva a maniobras peligrosas.
“Para un peatón cruzar la Vía 40 es altamente riesgoso. Los vehículos van a altas velocidades, frecuentemente superando los 50km/h máximo permitidos en vías urbanas, según la Ley Juan Esteban; por cierto, hay que actualizar la señalización porque algunas permiten 60 km/h, superando la impuesta por la ley”, comentó.
La Vía 40, con cada accidente, pide por una intervención, no solo en su infraestructura y sus señalizaciones, sino en un cambio profundo y conciso en los hábitos de los ciudadanos, que se han acostumbrado a arriesgar su vida en cada paso que dan a lo largo de un corredor que se ha transformado en un peligro.
Acciones para reducir las muertes en vías
El Distrito de Barranquilla adoptó recientemente el Plan Distrital de Seguridad Vial, a través del cual se busca la reducción entre el 30 % y 50 % de las muertes y lesiones causadas por siniestros viales al año 2033.
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Este instrumento contempla la implementación de estrategias y proyectos para favorecer la evolución del sistema de seguridad vial. Adicionalmente, se fortalecerá la gestión de la administración distrital para lograr un sistema vial seguro “desde un enfoque integral y participativo”.
Asimismo se establecerán límites de velocidades “concordantes con las características del entorno”.