Los proyectos de energía renovable que se vienen adelantando en la región Caribe, en especial en el departamento del Atlántico, no solo aportan megavatios al Sistema de Interconexión Nacional, sino que también aportan beneficios significativos a las comunidades en las áreas de influencia donde estos se desarrollan.
Un ejemplo claro de ello lo viven los habitantes de la zona rural del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Allí se encuentra en operación desde el pasado mes de julio el parque Bosques Solares de Bolívar.
Este complejo energético que se extiende en 300 hectáreas y que hace parte de la matriz energética de Isagen, viene apoyando diferentes iniciativas comunitarias y escolares en los corregimientos de Cascajal y Gallego, así como la vereda de Patilla, desde el inicio del proyecto.
Es de anotar que en la fase de construcción del parque solar se vincularon más de 1.600 personas, cerca del 70 % de los cargos fueron ocupados por trabajadores locales del municipio de Sabanalarga y comunidades del área de influencia del Proyecto.
Hay que destacar que de este grupo de operarios las mujeres jugaron un papel importante en la instalación de los paneles en cada uno de los cinco parques que conforman la granja solar.
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Con la construcción de este complejo energético, las instituciones educativas del sector y los líderes comunitarios tuvieron la oportunidad de capacitarse y ampliar sus conocimientos en temas como energías renovables y el manejo ambiental, entre otros.
Raúl Cáceres, coordinador ambiental de la gerencia de proyectos de Isagen, sostuvo que todas las iniciativas –tanto los proyectos ambientales escolares como los de fortalecimiento de las comunidades– que se han llevado a cabo desde la etapa de construcción han tenido como objetivo que sean sostenibles y con continuidad.
“Intentamos que sean sostenibles basados en dos temas. Uno es dejar una capacidad instalada, es decir, darle las capacitaciones a la gente para que puedan continuar. Y dos, entregar los recursos financieros necesarios para que las cosas se realicen”.
Un tercer elemento, señaló, es hacerles seguimiento a los proyectos de manera periódica y dependiendo de los avances se realiza ese acompañamiento. “Estos tres elementos son los que garantizan la sostenibilidad, no solamente los proyectos que ya financiamos, que terminaron y que siguen, sino de nuevos proyectos o nuevas ideas que tengan las comunidades”, expresó.
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De acuerdo con Cáceres, la premisa es que una vez terminada la etapa de construcción se pueda validar que lo entregado sí se cumplió y que los líderes siguen adelante con los proyectos.
En ese sentido, Cáceres explicó que como parte del Plan de Manejo Ambiental del proyecto se capacitó a través del Sena a 30 líderes comunitarios en formulación de proyectos comunitarios.
Para Isagen fue muy importante que esta capacitación fuera impartida por entidades que se encontraran presente en la región y que tienen esa misión, como lo es el Sena, indicó Cáceres.
Lo anterior con el fin de darle continuidad a los procesos formativos que requiera la comunidad, de acuerdo con las necesidades, en formulación de proyectos o en otras capacitaciones que ellos consideren importantes realizar.
Gestión en las comunidades
Para Isagen, es de vital importancia que la comunidad en donde desarrollan los diferentes proyectos de energía renovables que adelantan en la región Caribe tengan claro que se está construyendo en su zona, sus beneficios y como aprovecharlos.
Es por esta razón, que una de las capacitaciones, en el caso del parque solar en Sabanalarga, estuvo dirigida a los funcionarios públicos de la zona en temas como transferencias del sector eléctrico y funcionamiento del mercado energético, Plan de Manejo Arqueológico del Complejo Solar, legislación tributaria y Plan de Manejo Ambiental.
Entre tanto, la formación dirigida a los líderes de las poblaciones del área de influencia se centró en capacitarlos en la formulación de proyectos para que ellos mismos lo desarrollaran en su propia comunidad.
El propósito, aseguró Isagen desde la gerencia de proyectos, es que lo que iban aprendiendo lo pusieran en práctica.
En efecto, los resultados de dichas iniciativas se vieron representados, en el caso del corregimiento de Cascajal, en la dotación del salón comunal con el cual se benefician cerca de 5.000 habitantes.
“Este proyecto se convirtió en una herramienta pedagógica”, anotó Cáceres, porque los líderes aprendieron a realizar la gestión de un proyecto, que incluía hacer un presupuesto, cotizaciones, cómo priorizarlas y presentarlas.
Lo mismo ocurrió con los líderes del corregimiento de Gallego. Allí trabajaron en la adecuación y el mejoramiento del salón comunal. El principal objetivo era la puesta en marcha de un café internet ya que esta población no contaba con acceso al mundo virtual para que los estudiantes pudieran realizar sus tareas.
Por su parte, en la vereda de Patilla se enfocaron en el mejoramiento del ambiente escolar mediante la adecuación de la infraestructura de la institución educativa San Cayetano Sede Patilla.
Cáceres resaltó el proceso que se llevó a cabo con cada uno de estos grupos de la comunidad. “Lo primero que hicimos fue priorizar cuál era su problema, qué alcance podía tener la comunidad en ese tiempo para ejecutar un proyecto y ya definir el proyecto. Esto lo hicimos con el Sena y con el acompañamiento de un operador social que teníamos en campo, que hizo toda la gestión y ejecución de cada una de las iniciativas”.
Proyectos escolares
En el marco del Programa de Educación y Capacitación Ambiental cuatro instituciones educativas del área de influencia fortalecieron sus Proyectos Ambientales Escolares (Prae).
Al igual que con los líderes comunitarios, hubo un compromiso desde los rectores hasta los docentes para llevar a cabo –en este caso– las iniciativas ambientales en las escuelas.
Para tal fin se adelantaron en cada una de las instituciones procesos formativos con los estudiantes mediante encuentros, talleres y jornadas, lo anterior con el objetivo de desarrollar un proyecto ambiental en sus escuelas.
Uno de estos proyectos se implementó en la Institución Educativa San Cayetano del corregimiento de Gallego. Allí se puso en marcha la modalidad educativa agropecuaria.
Esta escuela pese a contar con una gran zona para estas actividades agropecuarias, no contaban ni con las herramientas básicas para llevarlas a cabo.
Entre tanto en las sedes de Patilla y Mirador se adaptaron espacios recreativos y biosaludables en sus instituciones, además sus estudiantes recibieron charlas sobre el cuidado del agua.
El docente Marco Antonio Gómez, quien lidera el Prae en esta institución, resaltó el trabajo que viene haciendo con los estudiantes en temas ambientales como la recuperación y conservación de los relictos boscosos que aún existen en la zona. “Estamos trabajando en pro de los beneficios de los estudiantes de la comunidad educativa. Agradecemos a Isagen a través de la gestión que viene realizando en el sector, en la comunidad y sobre todo con el proyecto que viene realizando de Parques Solares de Bolívar, su gestión en las instituciones y en la comunidad”.
Elianis María Pacheco, estudiante de quinto grado, dijo que luego de los talleres reconoció la importancia de cuidar el medio ambiente. “Aprendí a reciclar, a cuidar el agua a través de muchos talleres, aprendí sobre el medio ambiente, sobre las plantas, los animales, sobre cómo cuidar el mar”.
En la Institución Educativa San Pedro Claver del corregimiento de Cascajal se implementó una huerta escolar e instalaron máquinas biosaludables.
Sandra Barraza Villanueva, rectora de esta institución educativa, destacó no solo la donación que realizó Isagen a su escuela, sino la capacitación que recibieron sus estudiantes sobre conservación del medio ambiente, y todo lo relacionado con la siembra, economía circular y energías renovables.
En las huertas, los estudiantes junto con sus profesores de biología han implementado todos los conocimientos adquiridos. “Los niños están muy entusiasmados, ellos mismos se encargaron de colocar las canastas, poner el abono, sembrar las semillas, todo el proceso lo hicieron los estudiantes acompañados con su docente de biología”, sostuvo la rectora.
El equipo dirigido por Cáceres destacó la receptividad tanto de los estudiantes como de los rectores y docentes en el desarrollo de cada una de las actividades que adelantaron en las escuelas.
Lo que más les llamó la atención fue el gran potencial que tiene esta zona, porque, aunque es la primera vez que este tipo de programas se llevan a cabo en estas instituciones, lograron conectar este proyecto con los planes de estudios que ya se venían trabajando con los estudiantes, en temas como el cuidado de los recursos de la fauna y flora.
Parque solar de Sabanalarga
La granja Bosques Solares de Bolívar, ubicada en un área de 300 hectáreas, 150 de ellas destinadas como reserva de coberturas vegetales y biodiversidad.
El parque, que se consolida como uno de los proyectos de energía solar más importantes de la región Caribe y Colombia, y cuenta con una capacidad de generación de 100 megavatios de energía limpia, suficiente para el consumo de 400.000 personas, equivalente a la población de Manizales.