El devenir del sector energético en el 2024 ha estado marcado por grandes desafíos. Para algunos expertos, el mayor de ellos fue impuesto por la naturaleza. Este año, el fenómeno de El Niño, que se extendió más de lo esperado, puso a prueba el sistema eléctrico del país.
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El riesgo de un racionamiento por ‘El Niño’ que estaba presente; sin embargo, la capacidad y confiabilidad de las centrales térmicas, sumado a que las hidroeléctricas guardaron agua suficiente para empezar la sequía, jugaron un papel fundamental para evitarlo. De esta manera, por la generación térmica que estuvo disponible para soportar el sistema y la generación hidráulica bien administrada se superó en Colombia, una vez más, esta posible crisis.
El fenómeno de La Niña, tan esperado por las hidroeléctricas para aumentar los niveles de los embalses y preparar al país para la siguiente estación de verano que esta por llegar, no se logró materializar.
Natalia Gutiérrez Jaramillo, presidenta de la Asociación Colombiana de Empresas Generadoras de Energía Eléctrica (Acolgen), señaló que el año 2024 se ha caracterizado por su “turbulencia”. Con un fenómeno de El Niño que “nos exigió al máximo y con una temporada de ‘La Niña’ que no se materializó en agosto cuando debía haberlo hecho, lo que puso mayor presión al sistema en el corto plazo”.
No se puede desconocer que el cambio climático que afronta el planeta hace que estos fenómenos sean más intensos e impredecibles, por lo que se requiere reforzar la capacidad de generación no solo a través de la diversificación de la matriz energética con más renovables no convencionales, sino también apostándole a energías confiables como la hidroelectricidad.
Este sector es tan resiliente, sostuvo la presidente de Acolgen, “que incluso con las anteriores preocupaciones, las empresas generadoras incrementaron sus inversiones, con respecto a 2023, para aumentar la capacidad de generación de energía eólica y solar, lo que demuestra el compromiso de estas por continuar trabajando por el desarrollo del sector”, indicó.
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Por su parte, actores del sector como la empresa generadora Celsia, destacan cómo el sector pudo superar exitosamente las coyunturas energéticas que se dieron por el bajo nivel de lluvias en los primeros y últimos meses del año, evitando un racionamiento en el momento más crítico en abril y llevando el embalse a un nivel mínimo razonable para finalizar este año.
“Esto también fue posible gracias a que las térmicas pudieron respaldar el sistema, lo que demuestra la importancia del mecanismo de Cargo por Confiabilidad”, aseguró la compañía.
Expertos del sector energético manifiestan que a los desafíos ambientales se suma la incertidumbre que han generado los anuncios por parte del Gobierno nacional sobre cambios normativos, y la debilidad institucional relacionada con entidades como la Comisión Reguladora de Energía y Gas (Creg).
Lo anterior, aseguran, desalienta a los inversionistas para desarrollar nuevos proyectos en el país, que se necesitan para cubrir la demanda que ha superado las expectativas en tiempos recientes.
En ese sentido, Celsia señaló que el sector, a partir del trabajo de sus agentes y gremios, “ha estado muy cohesionado para defender la institucionalidad, propendiendo a que el Gobierno mantuviera funcionando la Creg y las entidades que dependen del Ministerio de Minas y Energía, que son quienes regulan, planean y toman las decisiones técnicas”.
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Preocupaciones del sector
La presidenta de Acolgen sostuvo que las empresas asociadas a su gremio siguen apostándole al desarrollo del país. No obstante, hay grandes preocupaciones con respecto al panorama sectorial a mediano y largo plazo.
Para la líder gremial, una de ellas tiene que ver con las señales intervencionistas que se vienen dando desde hace un par de años, y la falta de acompañamiento por parte del Gobierno nacional para el desarrollo de los proyectos, especialmente los de La Guajira, lo que ha generado que los balances entre oferta y demanda de energía se estén estrechando cada vez más, de acuerdo con la información del Plan de expansión de generación y transmisión de la Unidad de Planeación Minero Energética (UPME).
“En este sentido, la conflictividad social en territorio, los procesos de consultas previas y licenciamiento ambiental han agudizado estos atrasos en la entrada de proyectos de generación e incluso de transmisión”, sostuvo.
Hay que resaltar que entre estos proyectos se encuentran los eólicos de La Guajira que acumulan cerca de tres años de retrasos y por el lado de la demanda, las obras de transmisión que permiten abastecer de energía a Bogotá.
Otra de las preocupaciones del sector en medio de la actual coyuntura, es la demora por parte del Estado en los pagos de los subsidios a la tarifa de la energía que le debe la Nación a las empresas. Según la Asociación Colombiana de Distribuidores de Energía Eléctrica (Asocodis), a octubre de 2024, el Gobierno debe $2,4 billones por este concepto.
Esta circunstancia, sumada a otras como la intervención de Air-e y sus efectos, han despertado alarmas financieras para el sector, que se suman a las ya citadas en materia de abastecimiento.
El anuncio de reformas
El sector energético se ha sentido amenazado tanto por los anuncios que el Gobierno ha hecho alrededor de reformas e intervenciones regulatorias, como por reformas fiscales que han golpeado al sector, y que en conjunto frenan las inversiones que son necesarias para atender la demanda en el corto y mediano plazo.
Uno de estos anuncios tiene que ver con la eventual reforma de las Leyes 142 y 143 de 1994, que se suma a proyectos de ley que están en curso relativos a la modificación del esquema de confiabilidad, y el régimen de integración vertical en el sector.
De otro lado, en materia fiscal, además de las nuevas cargas establecidas en la reforma tributaria y el Plan Nacional de Desarrollo que afectan especialmente a las energías renovables convencionales y no convencionales, se ha anunciado el aumento de algunas de ellas en la recientemente radicada Ley de Financiamiento.
Nuevas subastas
En general, el sector está de acuerdo con que se requieren nuevas subastas de energía para aumentar la capacidad de su parque de generación y atender la demanda de los próximos años.
Los reportes de XM muestran que con las proyecciones de crecimiento de la demanda y con la energía firme comprometida, no se logra tener la energía firme suficiente para mantener la confiabilidad del sistema y evitar racionamientos en caso de una sequía prolongada a partir de 2026 y 2027.
Los balances entre oferta de energía firme y demanda se encuentran en un 4,5 % de acuerdo con información de XM y de la UPME. Este, aseguran los expertos, es un balance alarmante pues a menor margen, mayores precios enfrentan el sistema y se vive un mayor riesgo de racionamiento, reduciendo la posibilidad de acción ante cualquier contingencia operativa.
Por ello, tanto los agentes del sector como los gremios que los asocian reiteran el llamado a una nueva subasta del cargo por confiabilidad que genere nuevos compromisos de inversión en proyectos de generación.
En respuesta a estas solicitudes, la Creg recientemente publicó la Resolución 101 – 062 en donde se convoca a tres subastas de reconfiguración de compra para los períodos 25-26; 26-27 y 27-28.
Esta convocatoria se realiza para agilizar la entrada temprana de proyectos ante el déficit de energía firme en el 2025-2026.
Para los actores del sector estas convocatorias son necesarias, aunque se requerirá que los proyectos que resulten adjudicados en ellas se desarrollen en tiempo récord, para así contar con la energía que requiere el país en el corto y mediano plazo.
El llamado al Gobierno
Las empresas generadoras de energía coinciden en pedirle al Gobierno que haya un acompañamiento constante a los ejecutores de proyectos, y se les garanticen reglas claras y estables en el tiempo para reducir la incertidumbre que se ha generado en los inversionistas.
A un mes de iniciar un nuevo año, la esperanza del sector energético es que se logren destrabar los licenciamientos y trámites que permitan viabilizar, así como construir los proyectos que serán clave para la suficiencia energética del país, cuya entrada en operación se ha visto afectada por conflictos sociales en territorio, procesos de consultas previas, y amenazas de seguridad a los desarrolladores y trabajadores.
Para Federico Echavarría, gerente de AES Colombia, es importante que se mantenga el actual marco jurídico, el cual ha permitido el desarrollo del sector durante los últimos 30 años, con lo cual la confianza inversionista en el país aumentará.
Asimismo, Camilo Marulanda, presidente de Isagen, resaltó que “gracias a la confiabilidad y firmeza que nos brindan nuestras grandes centrales hidroeléctricas y 30 años de experiencia en el sector, hemos incorporado exitosamente plantas de generación con fuentes no convencionales y si se dan las señales adecuadas de política pública estamos comprometidos a realizar más inversiones en nuevos proyectos para cumplir nuestros planes de duplicar nuestra capacidad de generación actual en los próximos 10 años”.
Perspectivas para el 2025
La entrada de nuevos proyectos será crucial. Según XM se esperan 3,8 GW y de la UPME 4,6 GW en más de 108 proyectos, de los cuales el 74 % son solares.
Sin embargo, el histórico del ingreso de nuevos proyectos al sistema en los últimos años, genera dudas al sector energético sobre la posibilidad de garantizar que la energía que se necesita realmente se tenga para el sistema.
Se espera que en el 2025 el balance sea más estrecho, llegando incluso a un preocupante 2,5 % de margen. Si bien la expectativa relacionada con la entrada de nuevos proyectos es buena, la energía firme no es alta ya que la mayoría de la energía que se espera que entre en operación corresponde a proyectos solares, los cuales son intermitentes y no garantizan un alto nivel de energía firme.
El sector eléctrico espera, además, que se cumplan los compromisos adquiridos en la reciente COP16 en torno a la financiación de proyectos de restauración ecológica y transición energética, diversificando y haciendo más sostenible la matriz eléctrica.
Otra de las preocupaciones del sector son las pretensiones de algunos congresistas de las Comisiones Quintas de Senado y Cámara, quienes buscan modificar el uso de la energía disponible y cambiar el sistema de cobertura actual lo que generaría un vacío en la capacidad de suministro.
Asimismo, esta propuesta de algunos congresistas, además de poner en riesgo la seguridad energética del país, obligaría a hacer inversiones por más de 80 billones de pesos, recursos que serían necesarios para construir nuevas plantas de generación de energía.
A esto también se le suma la redestinación de los recursos del cargo por confiabilidad para subsidiar proyectos de energía renovable. De acuerdo con los expertos del sector energético, hoy estos proyectos no lo necesitan porque los precios son competitivos y no requieren subsidios adicionales.
Finalmente, el sector espera que el 2025 sea un año en el que la Creg esté operando con normalidad, y analicen los proyectos normativos que incorpore la visión de largo plazo y sean atendidas las preocupaciones de todos los agentes del mercado.
La generación de energía aumentó en 3,3% frente al 2023
Pese a los desafíos que el sector energético ha enfrentado a lo largo de este año, cabe destacar que la generación de energía tuvo un crecimiento importante en relación al 2023.
Según la Asociación Colombiana de Empresas de Energía Eléctrica (Acolgen), la generación aumentó en 3,3% frente al 2023, lo cual es más de un 10% de variación al promedio histórico. Este es un reto para un mercado en donde la oferta no crece al ritmo que lo hace la demanda, afirmó Natalia Gutiérrez Jaramillo, presidente de Acolgen.
En cuanto a la entrada de proyectos y de acuerdo a información de XM, 1,04 GW nuevos ingresaron al sistema, siendo 92% solares y 8% térmicos. De ese total, Acolgen representa cerca del 62%. “Con este 1 GW hemos llegado a tener 1,9GW de proyectos solares insta-lados, un 9% del total de capacidad instalada”, señaló la asociación.
También este año presentó su primer Informe de Sostenibilidad, destacando inversiones socio-ambientales por $293.000 millones en el 2023.
Este año además se llevó a cabo una subasta del cargo por confiabilidad, en la que se asignaron aproximadamente 4,5 GW en nuevos proyectos, su mayoría solares. Estos son proyectos que se espera ingresen al sistema en el 2027 o antes, pero requieren de un apoyo articulado del Gobierno para lograrlo.
Las pérdidas económicas en caso de un racionamiento
Natalia Gutiérrez, sostuvo que ante un racionamiento de energía en el país, las pérdidas económicas serían billonarias.
Explicó que de acuerdo con un informe entregado por el Banco de Bogotá se estima que cada hora de racionamiento de energía podría costar $200 mil millones. Si esto se aplica por seis horas diarias, similar al experimentado en los años noventa, conllevaría a una pérdida económica de $1,1 billones diarios.
La alta ejecutiva señaló que estos valores tienen en cuenta únicamente la demanda no regulada, por lo que un racionamiento a la población total conllevaría a pérdidas mucho mayores. Además, de acuerdo con Fedesarrollo, un racionamiento similar al de los años 90 implicaría una contracción de la economía en 1,5 puntos porcentuales, además de la pérdida de 230 mil empleos.
Por otro lado en términos sociales, el racionamiento llevaría a 203 mil personas a la pobreza y 102 mil personas a la pobreza extrema. “Dicho esto, resulta claro que sí necesitamos de muchos cambios para que el 2025 sea un año donde los proyectos de generación puedan desarrollarse y entrar en operación, ya que necesitamos más energía y la necesitamos pronto”.
Dijo además, que se requiere del apoyo del Gobierno, con señales claras que generen confianza para atraer nueva inversión, modernización el mercado mayorista con una Creg operativa y con beneficios tributarios que permitan el cierre financiero de nuevos proyectos, indicó.