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Cuando el río Magdalena sufre un cambio, la vida de quienes lo colindan también se transforma. Las alteraciones en su nivel afectan tanto a las embarcaciones que transitan en el Canal del Dique frente a la plaza de Santa Lucía, como a los transportadores de Suan, quienes, cuando aflora la sedimentación, no realizan ni 10 viajes para atravesar el río.

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Pero hay buenas nuevas, porque actualmente el nivel de la cuenca baja del río Magdalena está estable y todo indica que no se registrarán niveles críticos durante los tres primeros meses del 2025. Sin embargo, los habitantes que viven a sus orillas consideran que el estado actual de su nivel es “atípico”.

“No es normal, porque para esta época siempre está un nivel más bajo. Y por lo general, para el mes de enero, ya es para que estuviera en menor profundidad, pues es el primer mes de sequía”, expresó Rafael De León, habitante de Santa Lucía y el encargado de regar las plantas de la plaza.

Cada día, De León introduce un sumergible en el Canal del Dique para alimentar las plantas con su agua. Un beneficio que solo puede obtener, cómodamente, gracias al nivel actual del río.

“Con el nivel moderado, los habitantes no sufren con la ganadería, con la piscicultura, ni con la agricultura, porque se ha mantenido el río y sí pueden sacar agua”, sostuvo.

No obstante, los residentes de Santa Lucía reconocen que pronto empezará a bajar su nivel y, ante esta situación, ya cuentan con estrategias para hacerle frente a la sequía que se aproxima.

“Aquí en las parcelas que están retiradas del Canal del Dique, que están muy lejos para transportar su ganado, la gente compra unas motobombas y mandan a hacer unos profundos. Entonces, hacen sus albercas y tienen sus jagüeyes. Con las motobombas sacan agua subterránea y la suministran para sus animales”, explicó el hombre.

A su vez, el agua es fuente de trabajo en Suan. Cuando está más elevada, los transportadores encargados de atravesar a la comunidad por el río Magdalena observan rentabilidad en su negocio.

“Ahora el nivel del río está bueno y cuando está así nos favorece. Cuando está seco pasamos mucho trabajo, pero ahora somos felices porque tenemos más ingresos. Yo de aquí a Concordia cobro 12.000 pesos. Y, por lo general, me hago, por mal, 50.000 pesos diariamente”, comentó Sony Barrios, habitante y transportador en el municipio de Suan.

Y agregó que cuando el río está estable se pueden sembrar la yuca, fríjoles y melón a sus orillas. Si se desborda, sería una tarea imposible.

A su turno, César Fonseca, mototaxista en este municipio, relató que sin importar el nivel del cauce atraviesan una especie de “paradoja; cuando crece es difícil para los pescadores encontrar peces, pero se benefician los transportadores. Y cuando desciende su nivel, se visibilizan más, pero inicia el suplicio de las embarcaciones”.

Sequía moderada

Para el primer trimestre del año, expertos concuerdan con que el río Magdalena no atravesará niveles críticos. En realidad, todo apunta a que descienda con “moderación”.

“En la cuenca baja tenemos un reporte de 5.5 metros de profundidad. Este valor se ha mantenido estable desde el mes de noviembre hacia acá. Se encuentra dentro de los valores de normalidad y no hemos tenido valores que superen o sean inferiores a lo que esperamos para esta temporada del año”, comentó Diana Rueda, jefe de la Oficina de Pronósticos y Alertas del Ideam a EL HERALDO.

Asimismo, Humberto Ávila, director del Observatorio Río Magdalena de la Universidad del Norte, informó que actualmente el río se encuentra en niveles medio bajos.

“El nivel del río Magdalena en la estación Ideam en Calamar está actualmente en 5.35 msnm (metros sobre el nivel del mar). Este nivel corresponde a cerca del 75 % de frecuencia excedida, es decir, se encuentra en niveles medio-bajos para la época”, aseguró el especialista.

Concuerdan las entidades que, al parecer, el río atravesará una condición “neutral” para los próximos meses, aunque es probable que durante los meses de enero, febrero y marzo disminuyan las lluvias.

“Estimamos que, teniendo en cuenta los niveles actuales del río y considerando que los mínimos se presentan para el mes de marzo, no se esperaría que el río alcance niveles críticos”, afirmó Ayari Rojano, bióloga de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (CRA).

Cabe destacar que la estabilidad en los niveles del río Magdalena se debe, de acuerdo con el Ideam, por las precipitaciones atípicas que se dieron durante el mes de diciembre y a principios de este año.

Aun así, las entidades están de acuerdo con que es necesario mantener el monitoreo y hacer una gestión adecuada del recurso hídrico, los embalses y la navegación en función de las predicciones de lluvia en estos próximos meses.

SuministradaPara los transportadores y las pequeñas embarcaciones de Suan y Santa Lucía la estabilidad en el nivel del río les facilita sus labores.

Variabilidad climática

Las precipitaciones inusuales registradas durante el último mes han sido catalogadas por los expertos como un reflejo de la variabilidad climática.

“En el último mes, la variabilidad climática se ha manifestado a través de una distribución más uniforme de las precipitaciones en la cuenca del río Magdalena. Este patrón ha favorecido la recarga de acuíferos y el mantenimiento de caudales adecuados, lo que beneficia el riego agrícola, el suministro de agua potable y la navegación fluvial”, explicó Nelson Rangel Buitrago, geólogo y profesor de la Universidad del Atlántico.

A su turno, Argenis Rambal, jefe de operaciones del Distrito de Riego de Santa Lucía y Manatí, explicó que lo que influye en la creciente del río no son propiamente las lluvias en la costa, sino las del interior.

“Lo que viene bajando del interior es lo que alimenta el río Magdalena… (El clima) ha venido cambiando. En diciembre normalmente esta zona era bastante seca. Y durante ese mes tuvimos bastante lluvia”, sostuvo el experto.

Por otro lado, aunque la sequía logra impactar negativamente a miles de habitantes, desde la CRA se enfatizó su relevancia para los ecosistemas locales.

“La sequía es fundamental para las especies migratorias que encuentran refugio en nuestros humedales, ya que estos se convierten en sitios clave para su alimentación, resguardo y desarrollo hasta alcanzar la etapa adulta”, recalcó la entidad.

Por ende, pese a las afectaciones que se generan debido al cambio en el nivel del río y los cuerpos de agua, tanto los periodos de inundación como los de sequía “son esenciales para garantizar los ciclos biológicos de la biodiversidad”.

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Aqsur alista plan de contingencia para los próximos meses

Ante la sequía que se aproxima, la empresa Aguas del Sur del Atlántico (Aqsur) le aseguró a esta casa editorial que ya cuenta con un plan de emergencia y contingencia para enfrentar posibles desabastecimientos de agua en esta zona del país. Dicha hoja de ruta establece una metodología clara con los pasos a seguir.

“Ya hemos realizado el primer comité técnico, donde evaluamos la situación actual y proponemos posibles soluciones Asimismo, revisamos los inventarios de herramientas necesarias y comenzamos a contactar a proveedores potenciales, con el objetivo de asegurar que estemos preparados para cualquier escenario”, dijo la compañía.