La necesidad puede llevar a las personas a tomar medidas desesperadas. A veces el bolsillo está vacío y hay que pagar los servicios, el colegio de los niños o los transportes de la semana. Si el banco no presta la plata, en la calle el cobradiario sí lo hace. El ‘gota a gota’ se ha convertido en el único medio para que las personas de escasos recursos desarrollen sus actividades.
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Por este motivo, el Gobierno nacional, a través del Departamento de Prosperidad Social, oficializó la apertura del programa Economía Popular para el Cambio, para hacer la transición de este sistema a un mecanismo de inclusión productiva para fortalecer la economía comunitaria de las comunidades del país.
Además, el programa busca contribuir a la reducción de la vulnerabilidad económica y la inclusión financiera de emprendedores en condición de pobreza facilitando las garantías de acceso a crédito asociativo. Lo anterior a través de un convenio con el Fondo Nacional de Garantías y el Banco Agrario para destinar más de $500 mil millones.
El costo de esta garantía de crédito será subsidiado, así como también se subsidiará un porcentaje del capital del crédito si logra mantener un buen comportamiento de pago.
El valor máximo de crédito asociativo será de hasta 80 salarios mínimos legales mensuales vigentes, es decir, aproximadamente 114 millones de pesos. Este monto dependerá de la capacidad, responsabilidad y el proyecto productivo que se pretenda desarrollar con un tiempo de hasta 5 años.
La duración del programa es de 24 meses, y muy pronto se harán convocatorias territoriales para que todos los interesados puedan recibir la información correspondiente. En este proceso estarán priorizados los emprendedores que se postularon a la convocatoria del programa de Economía Popular para el Cambio en 2024 y que no lograron cumplir requisitos.
Del mismo modo, las comunidades étnicas y la población desplazada por el conflicto tendrá prioridad en las distintas etapas del programa.
Es de anotar que los beneficiarios del programa serán organizaciones productivas conformadas por población sujeto de atención de la entidad, que tengan un negocio colectivo perteneciente al sector de la economía popular.
Acceso a un crédito formal
Durante el pasado seminario realizado por Anif y Colombia Fintech ‘El costo de la exclusión en Colombia’, el presidente de Colombia Fintech, Gabriel Santos, reveló que solamente el 35,3% de los colombianos acceden a un crédito formal. Esta situación representa un desafío enorme para avanzar en inclusión financiera, debido a que todavía existe una gran brecha para acceder a este tipo de productos por parte de la población que vive en la zona rural del país.
“Las personas acuden a la financiación informal cuando no pueden acceder al crédito formal, es decir, al famoso ‘gota a gota’ que, además de representar un gran peligro económico, también pone en riesgo la integridad de las personas, ya que son sometidos a presiones de diferentes maneras”, señaló Santos.
Puso de presente que la tasa de usura en Colombia se encuentra en 24,89 %: “Hemos propuesto que haya un cambio en la regulación, ya esto podría sacar a millones de personas del crédito informal”.
En ese sentido, la Anif detalló que la tasa promedio de usura se ubica en el 30,7 % por medio de los mecanismos formales; sin embargo, en los medios de financiación no formales, las tasas son del 164,6 % (en las llamadas cadenas), del 185,7% en los ‘proveedores’ y del 382,2% en el caso de los ‘gota a gota’.
Sumado a esto, mencionó que en los últimos 12 meses 2,4 millones de colombianos salieron del crédito formal. Esto porque al bajar el límite máximo al que les pueden prestar, este es inferior a su nivel de riesgo y los deja por fuera de la oferta formal de crédito.
“El estudio se realizó en 2024, encuestado a 1.200 hogares que ganan hasta 2 mínimos y 1.000 microempresas, muchas de ellas de subsistencia, que son el grupo más afectado por la tasa de usura. Encontraron que al quedar excluidos del crédito formal la mayoría recurre al informal, que es provisto por casas de empeño, cadenas y el infame gota a gota”, explicó José Ignacio López, presidente del centro de pensamiento Anif.
Mientras que Marcela Torres, gerente de Nubank en Colombia, explicó que, por causa de la tasa de usura, en Colombia pueden aprobar menos créditos que en los otros países en donde tienen operaciones. “De cada 100 personas que nos solicitan, solo les podemos aprobar a 15 o 20″.
Impacto en el Atlántico
‘Mercurio’. Así se llamó la investigación de la Dijín y la Fiscalía Primera Seccional de la Unidad de Estructura de Apoyo, EDA, que derivó en abril de 2018 en la captura de nueve personas vinculadas a una red de cobradiarios o prestamistas de ‘gota a gota’ que centraban sus operaciones en las cinco localidades de Barranquilla y en Soledad, municipio del área metropolitana.
Dentro de las pesquisas, los detectives encontraron que los capturados no solo aceitaban diariamente un negocio con mucho dinero en efectivo sino que, supuestamente, al tiempo, lo manchaban con la sangre de sus clientes e incluso de los mismos empleados dedicados al cobro de las facturas.
Concierto para delinquir agravado con fines de usura, extorsión, secuestro, lavado de activos, enriquecimiento ilícito, tortura, utilización ilícita de redes de comunicación, amenaza, tentativa de homicidio, lesiones personales, captación masiva y habitual de dinero y constreñimiento, fueron los delitos por los que se ordenaron las detenciones de los miembros de la organización.
Para aquel año, la Fiscalía confirmó que se trataba de la primera vez que, luego de una investigación, se detenía formalmente en el país a una organización dedicada al préstamo de dinero a través del ‘gota a gota’, negocio en el que se paga por lo solicitado unas 10 veces o más de lo que se cancelaría en intereses por un crédito bancario.
En la investigación, las autoridades revalidaron que el ‘gota a gota’ o el negocio de los cobradiarios era una modalidad de préstamo a la que recurren usualmente los más pobres o los que no tienen perfil crediticio por haber estado reportados en Datacrédito o, simplemente, porque no tienen una fuente formal de ingresos.