En el rostro se notaba su emoción. Este sábado, Yenis Ospino y su familia cumplieron el sueño de tener un techo propio, una ilusión que se había ido desvaneciendo con el paso del tiempo, luego de haber resultado afectados por la ola invernal entre los años 2010 y 2011.
“Me siento demasiado feliz, porque no había tenido una casa digna desde que el agua nos la tumbó. El gobernador de ese entonces nos visitó con una botas y palas y ahí tuvimos esperanza. Hoy solo me queda decirles gracias. Que Dios los proteja”, recordó, llena de dicha y nostalgia, la mujer.
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Para Rubis Caro, la entrega de las llaves de su nueva vivienda es un nuevo comienzo. Aunque gran parte de su vida vivió en su natal Manatí, no dudó ni un segundo en trasladarse hasta Sabanalarga para cumplir con el propósito de brindarle una mejor calidad de vida a los suyos.
“Hoy estoy muy contenta, muy feliz porque ya tengo una casa a donde entrar y de donde nadie me va a echar. Gracias a Dios, porque fue el que me permitió esto, y al Fondo de Adaptación y a todas las autoridades que lucharon para nosotros poder obtener el hogar. Duró bastante tiempo, pero valió la pena”, sostuvo la mujer.
Yenis y Rubis hacen parte de las 252 personas que se vieron beneficiadas con la entrega de las primeras 26 de las 56 viviendas construidas en la urbanización Mirador de la Sabana para saldar una “deuda histórica” con los damnificados de la ola invernal en el departamento.
“Esto es un punto de partida para que estas familias puedan seguir progresando, desarrollándose y tengan esa prosperidad tan anhelada. Hemos venido terminando algunos proyectos y tratando de completar esa deuda que tiene el estado colombiano con esas personas damnificados de la temporada de lluvia en el 2010″, señaló Carlos Carrillo, gerente (e) del Fondo Adaptación.
Y agregó que “esto se hizo a través de un sorteo que se realizó el 11 de marzo, aquí, con acompañamiento de los personeros y, pues bueno, creo que es una gran noticia que podamos traer a estas personas a entregarles sus casas, viviendas dignas”.
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Las nuevas casas entregadas cuentan con un diseño funcional que incluye sala, comedor, cocina, terraza, zona de labores, patio, una alcoba principal, dos alcobas auxiliares, baño principal y baño auxiliar.
Asimismo, cada unidad está equipada con carpintería metálica pintada en blanco y los tres servicios públicos esenciales.
La Subsecretaria de Vivienda del Atlántico, Rocío Jiménez, acompañó la jornada y recalcó que estas viviendas permitirán “mejorar la calidad de vida de los atlanticenses, en especial, de aquellos que vivieron esa calamidad. Es un sueño que se les está cumpliendo a ellos”.
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Otros detalles
De acuerdo con el Fondo de Adaptación, se ha logrado un avance “significativo” en la entrega de soluciones habitacionales en el departamento del Atlántico, a la fecha se han asignado 197 viviendas, lo que equivale al 86 % de la meta.
En ese sentido, la urbanización Mirador de La Sabana corresponde a un proyecto de 98 mil metros cuadrados, que contempla la construcción de 700 viviendas distribuidas en 25 manzanas.
Dicho espacio residencial contará con zonas verdes, parques, juegos infantiles, gimnasio al aire libre, senderos peatonales y vías pavimentadas, garantizando un entorno adecuado para las familias beneficiadas.
La inversión total en este proyecto asciende a $6.552 millones, “consolidando al Fondo Adaptación como una entidad clave en la recuperación y reubicación de comunidades afectadas por eventos climáticos extremos”.
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Algunos moradores piden atención a problemáticas en el sector
En medio del evento, un grupo de moradores de este sector realizó una protesta para dar a conocer las dificultades que vienen enfrentando.
Arturo Simanca, residente de la zona, sostuvo que en este sector del municipio están siendo afectados por “cobros indebidos” de predial. Explicó que cuentan con cerca de un año de residir en la zona, pero les han estado facturando impuestos de años anteriores.
“Estamos aprovechando este espacio para ponerlos a ellos en conocimiento y que se hagan compromisos serios y reales. Nos sentimos completamente abandonados. Y nos parece, además, una falta de respeto inmensa que, habiendo un organismo comunal en el barrio, no hayamos sido siquiera invitados”, dijo.
Otros habitantes de la zona dieron a conocer que presentan dificultades con el suministro de agua y con las facturas de luz, ya que les llega hasta por $800 mil.
Mientras que Ana Páez, también residente del sector, aseguró que ha tenido una experiencia positiva viviendo ahí, a pesar de algunos inconvenientes, especialmente con el suministro de agua, que es un problema común en varios barrios de la zona.