A solo un año de su inauguración, el parque Sueños de Conidec enfrenta un evidente deterioro en su infraestructura y ha dejado de ser un espacio óptimo para el sano esparcimiento y la convivencia familiar.
Vecinos del sector han expresado su preocupación por la creciente inseguridad en el parque, señalando que se ha convertido en un punto de encuentro para delincuentes, pandillas y consumidores de drogas. La falta de control y vigilancia ha generado un ambiente de temor entre los habitantes, quienes denunciaron que su tranquilidad se ha visto afectada.
El parque, que fue entregado en marzo de 2024 por el alcalde Alejandro Char, fue recibido con entusiasmo por la comunidad. Sin embargo, pocos días después, comenzaron a registrarse actos de vandalismo y ocupación por parte de pandillas, lo que ha reducido significativamente su uso como espacio público seguro.
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Francisco Pacheco, residente de este sector de la ciudad, expresó su frustración ante la situación que se vive diariamente en el parque cercano a su vivienda. Según relató, más de 30 jóvenes se reúnen allí cada día para consumir drogas y llevar a cabo actividades inapropiadas.
Afirmó que, pese a sus constantes llamados a la Policía, las autoridades no han tomado medidas efectivas para controlar la situación, lo que le genera una creciente sensación de desamparo.
“Cuando hicieron el parque, estábamos felices, pero la verdad es que esta vaina nos ha perjudicado totalmente. Se ha convertido en un punto de encuentro para los ‘ninis’, que ni estudian ni trabajan ni hacen nada. El aire que respiramos es puro humo de drogas”, expresó.
Heidi Figueroa, otra residente del sector, manifestó su frustración ante la destrucción de los baños, el robo de accesorios y el ambiente de inseguridad que se vive en la zona biosaludable, donde los adultos temen ejercitarse debido a la actitud irrespetuosa y conflictiva de algunos jóvenes, quienes incluso consumen drogas en el lugar.
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“La solución aquí es contar con mayor presencia policial, especialmente en los horarios críticos. Lo peor de todo es que ni siquiera son del barrio; vienen aquí solo para hacernos daño”, afirmó Figueroa.
María Ortiz, residente cercana al parque, alzó su voz ante los graves problemas de delincuencia y vandalismo que afectan este espacio. Según denunció, los columpios y toboganes ya presentan daños por lo que las madres han dejado de llevar a sus hijos por temor a la inseguridad.
Mencionó que la presencia constante de personas consumiendo drogas y la violencia en la zona han generado un ambiente hostil: “He sido amenazada al intentar intervenir cuando menores fumaban frente a mi casa, pero lo tratan a uno de sapo y en esa ocasión tiraron piedras a mi vivienda, la cual quedó con láminas de zinc y vidrios partidos”.
Afirmó que aunque la Policía realiza rondas, los delincuentes regresan rápidamente, lo que refuerza la sensación de desprotección en la comunidad.
Alberto Fil, residente de Conidec desde hace 43 años, expresó que la comunidad está cansada de las amenazas y los constantes problemas, por lo que han decidido unir esfuerzos con las autoridades para recuperar la tranquilidad del sector.
Como parte de este trabajo conjunto se ha planificado una actividad comunitaria de limpieza y embellecimiento del parque, con el objetivo de fortalecer el sentido de pertenencia y mejorar el entorno.
Estuvo de acuerdo con indicar que si bien la Policía ha mantenido presencia en el sector, los patrullajes suelen realizarse en horarios no críticos, lo que permite que los problemas persistan. Por ello, los vecinos solicitaron un refuerzo policial en los momentos clave para garantizar la seguridad de la comunidad.
Acciones de seguridad
Yesid Turbay, jefe de la Oficina para la Seguridad y Convivencia Ciudadana, dio a conocer que funcionarios de la dependencia se reunieron con representantes de la comunidad del barrio para coordinar acciones conjuntas que fomenten el uso adecuado y la sana convivencia en los espacios públicos, especialmente en los parques.
“El Distrito de Barranquilla ha realizado una inversión significativa en la recuperación de estos espacios, articulando esfuerzos con las secretarías de Cultura, Gobierno, la Oficina de Seguridad y la Policía para garantizar su adecuado aprovechamiento. Estamos trabajando de la mano con los líderes comunitarios para prevenir situaciones que afecten la tranquilidad del sector”, afirmó Turbay.
Como parte de las medidas a implementar, la Oficina de Seguridad y Convivencia Ciudadana llevará toda su oferta de prevención de conflictos a la comunidad. Además, la Policía reforzará su presencia con un CAI móvil y un mayor número de uniformados en el parque del barrio y zonas aledañas, en horarios previamente estipulados por los residentes.
