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La muerte del papa Francisco, anunciada este lunes 21 de abril a sus 88 años, ha causado un profundo abatimiento en la comunidad católica y en el mundo entero. Dentro de las cientos de reacciones que se registran actualmente en todo el globo, está la del arzobispo de la Arquidiócesis de Barranquilla, monseñor Pablo Emiro Salas, quien se encuentra sorprendido por el fallecimiento del pontífice.

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“Bueno, nosotros estábamos convencidos de que al papa no lo íbamos a tener por mucho tiempo; su estado de salud así lo insinuaba. Pero tampoco pensábamos que sería tan pronto. Nos ha sorprendido esta muerte del Papa. Sin embargo, esta muerte, en la forma en que ha ocurrido, expresa primero lo imprevisible que son las cosas de Dios y, segundo, que el Papa murió de pie. Murió en la misión, murió diciéndole a su pueblo y a sus ovejas: “Estoy con ustedes hasta el último momento y en las peores circunstancias””, expresó monseñor.

Además, resaltó el legado del papa, el cual, según el arzobispo, se caracterizó por tener una generosidad e inclusión heroica y titánica.

“Fue un ejemplo heroico de entrega, de generosidad, de compromiso con la misión. Su legado es inmensamente grande. Yo vengo diciendo que, si hay una expresión que identifica al Papa, es la palabra “todos”. El papa quiso que todo fuera para todos: la creación para todos, la tierra para todos, la paz para todos, el progreso de la sociedad para todos, la Iglesia para todos. Él siempre quiso que lo que fuese para uno, fuese también derecho de todos, y por eso abogó por todos”, sostuvo.

Asimismo, destacó que sus mensajes eran muy estrechos a los tiempos actuales y proféticos en una sociedad desigual. Por lo que agradeció a Dios por el tiempo que dedicó: “muchas gracias a él por su vida y por su testimonio”.

El nombramiento del arzobispo

Cabe resaltar que el papa Francisco nombró a monseñor Salas como arzobispo de Barranquilla en el 2017. Un momento memorable para el jerarca, por lo que no dudó en recordar aquellas anécdotas que alimentaron su admiración hacia el pontífice.

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“Antes de dos años, me nombró para Barranquilla. Luego, al año siguiente, en 2018, me entregó el palio arzobispal también en Roma. Yo tengo muchas experiencias de entrega, de generosidad, de cercanía del Papa, increíbles, que llevo muy marcadas en mi vida de obispo, en mi vida de pastor”, subrayó.

Monseñor Salas también tuvo presente cuando participó en el Sínodo de la Familia en Roma, en el 2015. Momento en el que pudo conversar con él y le preguntó por el Quindío.

“Yo le dije que era una zona cafetera, muy linda, un departamento muy pequeño. Me preguntó si había traído café. Le dije que sí, y le puse café en el lugar donde él estaba presidiendo el Sínodo”, rememoró.

Un papa rebosante de alegría

Monseñor, tras las distintas interacciones que tuvo con el jefe de la Iglesia Católica, observó que era un hombre muy sonriente, pues siempre lo recibía con una sonrisa en el rostro, lo que fomentaba un ambiente cercano con quienes se relacionaba.

“Pienso que fue un hombre muy acogedor, con los brazos siempre abiertos para darle a cada persona el lugar que se merecía”, sentenció.

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Finalmente, el jerarca eclesiástico indicó que aún se desconoce la programación de la Arquidiócesis ante la despedida del sumo pontífice, y que están esperando las instrucciones de la Conferencia Episcopal. No obstante, confirmó que la celebración de su legado es segura.

“Yo le he mandado hace poco un mensaje a los sacerdotes, diciéndoles que, por lo pronto, oremos por el Santo Padre. Mientras esperamos las instrucciones, una vez que las tengamos, las estaremos dando a conocer. Por supuesto, haremos una gran celebración para tener presente su legado y para orar por su eterno descanso”, culminó.