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Un encuentro casual en un pasillo, el 7 de diciembre de 1947, en un hotel en Guayaquil, Ecuador, marcaría una de las anécdotas más grandes que se hayan podido contar y rememorar sobre la fe, el fútbol y la pasión cristiana.

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Ese día, en la víspera de la fiesta de la Inmaculada Concepción, al barranquillero Efraín Sánchez, bautizado como ‘El Caimán’, se le apareció la Virgen en forma del delantero argentino René Pontoni, en ese momento súper estrella del club San Lorenzo de Almagro.

Ambos estaban en aquel momento en Ecuador en el marco del Torneo Sudamericano (hoy llamada Copa América) representando a sus respectivas selecciones nacionales.

Sánchez había sido figura indiscutible del combinado ‘Tricolor’ en los dos primeros partidos. Por la simple casualidad de cambiar de costado al subir las escaleras del hotel, se toparon de frente.

“¿Negro, a vos no te gustaría jugar en Argentina con el San Lorenzo de Almagro?”, le preguntó Pontoni a un ‘Caimán’ al que le llegó un momento de iluminación, según le confesó al periodista Estewil Quesada años más tarde. Cobró 3.500 dólares.

Un milagro del fútbol

En ese momento, San Lorenzo era el equipo soñado. Un año antes, en 1946, había ganado el torneo argentino. Para ellos, jugar con las tribunas llenas era cosa de su diario vivir. Y entre los miles que asistían a cada partido había un pequeño de 10 años, de nombre Jorge Mario Bergoglio.

“En 1946 fui a verlo el año entero. De visitante solo fui a la cancha de Ferro, ahí fue el famoso gol de Pontoni”, rememoró el niño ya reconvertido en su santidad el papa Francisco en el 2015, en entrevista para la cadena TyC Sports.

Encuentro en la eternidad

Alejandro Char, alcalde Barranquilla, quien en 2017 visitó a Francisco en la Ciudad del Vaticano, confirmó los recuerdos de cariño del papa Francisco hacía el ‘Caimán’.

“Yo le recordaba al ‘Caimán’ Sánchez, que era barranquillero y que era de ese equipo de San Lorenzo en los 50, que hizo historia. Entonces un barranquillero hizo historia en el equipo más amado por el papa Francisco y él nunca pudo borrar de su memoria ese recuerdo, el de ese San Lorenzo del ‘Caimán’ Sánchez”, explicó Char.

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Lastimosamente, nunca los dos llegaron a conocerse en persona. Pero hasta el último momento de su vida, Efraín esperó por encontrarse a su hincha.

Al final, Francisco partió a la presencia del Señor, un Lunes de Pascua, allá para donde se fue el ‘Caimán’.