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Ante el panorama complejo que atraviesa el país debido al aumento de casos de fiebre amarilla en distintos territorios, la Asociación de Epidemiología de Colombia (Asocepic) lanzó una alerta a distintas entidades de salud para solicitarles que fortalezcan, con acciones concretas, las medidas que han implementado en estas zonas.

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De esta forma, desde el Ministerio de Salud y Protección Social instan a realizar seguimiento estricto a que las secretarías departamentales y municipales prioricen las áreas de riesgo y ejecuten los lineamientos de vacunación y vigilancia. Además, piden que publiquen, periódicamente y con transparencia, los datos de coberturas de vacunación contra fiebre amarilla en áreas endémicas y de frontera, filtrándolos por municipio, grupo etario y pertenencia étnica.

Asimismo, invitan a que implementen estrategias anticipatorias de vacunación en corredores de riesgo ecológico y social, y que se circulen recursos logísticos y humanos adicionales para fortalecer las capacidades de respuesta en los municipios de categoría 5 y 6, donde los equipos locales enfrentan limitaciones estructurales.

Por otro lado, desde el Instituto Nacional de Salud (INS) piden a que refuercen, de carácter urgente, la vigilancia de epizootias en primates no humanos, así como vigilancia virológica y entomológica, incluyendo muestreo de vectores en municipios de transición ecológica (zonas entre 1.800 y 2.200 m s.n.m.).

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Adicionalmente, piden a que se generen más boletines técnicos semanales con datos actualizados de casos, áreas de circulación activa del virus y evolución de la respuesta intersectorial. Y, finalmente, más apoyo técnico y operativo a los laboratorios departamentales de salud pública.

Más allá de las vacunas

En efecto, la vacunación es la principal estrategia para prevenir la fiebre amarilla, puesto que con una sola dosis se obtiene protección de por vida. No obstante, el control a este virus no se acaba en solo vacunar humanos, sino que también requiere de una vigilancia a epizootias (monos muertos), lo que es clave para anticipar brotes.

Adicionalmente, señalan que es crucial respetar la fauna, puesto que los monos no son culpables ni transmisores, sino indicadores de la circulación viral. Y, por otro lado, dotar y capacitar a hospitales locales.

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“Actualmente, solo dos centros tienen capacidad real de atender casos graves. Se necesitan muchos más. Colombia no ha fortalecido de forma suficiente su sistema de control de epizootias, algo que este brote vuelve a poner sobre la mesa como prioridad estructura”, se lee en el comunicado.

Comunicación, la clave

Para atender la crisis, la comunicación también juega un papel crucial. Según la asociación, más allá de hablar del peligro, se debe instaurar confianza, orientar la acción, prevenir el pánico y promover la adherencia.

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Algunos de los aspectos claves que se pueden fortalecer en cuanto al manejo de la información son la comunicación inmediata y frecuente; cifras claras, verificables y actualizadas por el INS; anunciar la incertidumbre sin generar alarmismos; mostrar empatía y comprensión con las comunidades afectadas; escuchar y responder las preocupaciones del público; campañas que expliquen los beneficios de la vacuna, en lugar de asustar, y reforzar las capacidades de respuesta en las localidades.