“Hoy tenemos una comunidad política internacional debilitada”. Así lo aseguró el expresidente de España José Luis Rodríguez Zapatero, al referirse a la situación de violencia que se vive actualmente en el Medio Oriente.
El exmandatario señaló que la comunidad internacional ha actuado pasivamente frente a las “masacres” e “injusticias”, así como “violaciones de derechos humanos” en Palestina, Gaza y el Líbano.
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“La lección de la pandemia, si es que tuvimos alguna, es que todas las crisis son globales ya y necesitamos una respuesta global. La cuestión es que tenemos hoy una comunidad política internacional debilitada, muy frágil. Y la mejor prueba es que vivimos el momento de más guerras y de más muertes en guerras desde la Segunda Guerra Mundial. Eso es un indicador claro de esta debilidad de la comunidad política internacional, polarizada y fragmentada”, expuso.
Mencionó la tensión creciente entre China y Estados Unidos y cómo podría haber un momento de inflexión en la historia, potencialmente desencadenado por conflictos bélicos.
“Habrá un momento de inflexión en la historia de guerras, de tensión y de nueva guerra fría por la posición de China o de Estados Unidos hacia China. En esos momentos de inflexión la historia ha sido por una gran confrontación bélica”, refirió.
Además, expresó su inquietud sobre la situación en Palestina, Gaza y Líbano, reconociendo la pasividad de la sociedad internacional frente a violaciones de derechos humanos.
“Mi preocupación es por lo que estamos viviendo en Palestina, Gaza y en Líbano estos días, y la resignación con que nos enfrentamos a ello. La pasividad de la sociedad internacional en contra de la injusticia, de la masacre, de los mínimos básicos derechos humanos es preocupante”, contó.
Zapatero enfatizó que es tan preocupante lo que está haciendo Israel, como lo que no está haciendo, en conjunto, la sociedad internacional.
Un cambio
El expresidente Zapatero abordó la preocupación por el futuro de la sociedad y el mundo, planteando la posibilidad de que se repita la historia del siglo XX, de no adoptar compromisos más alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
“(...) Cuando eso sucede en un país como Colombia, las instituciones se debilitan como Naciones Unidas. Estamos frente a una cuestión de alcance político internacional decisivo. Si este siglo 21 va a parecerse más al siglo 20, a esos primeros 50 años de ese siglo 20, se asumiría un compromiso que se parezca más a los objetivos del milenio aprobados en el año 2000 y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible aprobados en 2015, en su nueva versión, que han de cumplirse en 2030″, argumentó.
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Manifestó además que la esperanza supone una decisión de crear, innovar y de perdonar. De igual manera, que resulta imprescindible no aislar temas como la transición energética y la lucha contra el cambio climático del conjunto de los retos y desafíos internacionales.
“No hay esperanza si no nos perdonamos, si no nos afectamos. Si no nos perdonamos por lo que hemos hecho, por lo que todavía vamos a hacer. Es una condición imprescindible de la esperanza”, resaltó.
Por último, el exmandatario aspira que la inflexión en la historia no sea debido a un drama, sino que surjan discursos inspiradores que impulsen el cambio.