El consumo excesivo de agua será sancionado en todo el territorio nacional. Así lo estableció un proyecto de resolución de la Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico, el cual busca incentivar el ahorro dirigido a los prestadores del servicio público y domiciliario del acueducto con un “desincentivo al consumo que comenzará a cobrarse en el valor de la factura a partir de este mes de noviembre.
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Esta medida activó algunas alertas en los territorios de la Costa Caribe, como el Atlántico, que cuentan con características y necesidades diferentes para el consumo del agua con respecto al interior del país.
Lady Ospino, secretaria de agua potable y saneamiento básico departamental, mencionó que una medida como esta no es necesaria en el Atlántico.
“Creo que esta medida no es aplicable al departamento, en estos momentos la operación de abastecimiento de agua está garantizada. Inclusive, los meses más críticos que son enero y febrero esperamos afrontarlos de buena manera, sería de mucho ayuda que las lluvias que se están presentando en esta época logren subir los niveles del río y así amortiguar los momentos de sequía, pero ni para esta época necesitamos de un racionamiento o regulación para asegurar nuestras capacidades”, comentó.
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Explicó, además, que no es racional medir bajo los mismos parámetros el consumo del agua de la zona Caribe con el del interior del país.
“Uno no puede medir un consumo de agua en una ciudad o en unas poblaciones con un clima frío o templado con un clima cálido como el que tenemos en la zona caribe, yo creo que las medidas racionales y adecuadas deben medirse de acuerdo con los pisos térmicos muchos de los aspectos técnicos del sector de los servicios públicos están reglamentados por pisos térmicos obedeciendo precisamente a las necesidades de acuerdo con la altimetría o el clima que tenemos realmente en el departamento”, comentó.
Ospino precisó que si bien no es necesario un racionamiento de agua en el Caribe, sí hay que tener un cuidado especial con el agua.
“Nuestro principal problema en el Atlántico es el fraude líquido, una medida de racionamiento o regulación no resuelve este problema; por lo tanto, hay que concentrarnos en el robo de agua a los sistemas de acueducto regionales porque hay muchas personas utilizan el líquido de manera inadecuada para sus actividades en fincas y casas. De igual manera, desde nuestros hogares podemos hacer cuidado del agua bañándonos en el menor tiempo posible y cerrando las llaves correctamente”, sostuvo.
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Por otro lado, la funcionaria se refirió acerca de los topes máximos establecidos para el consumo de agua en la Costa Caribe de 15 metros cúbicos al mes para los estratos del 1 al 4, y de 13 metros cúbicos para los que residen en el 5 y 6.
“Digamos que un consumo de 16 metros cúbicos al mes sirve para que una familia conformada por hasta 4 y 5 miembros atienda sus necesidades básicas como el higiene personal, la preparación de alimentos, las medidas de aseo para su vivienda y elementos cotidianos, así como el consumo, incluso este tope funciona para algunas familias con hasta 8 miembros dependiendo de su forma de distribución”, dijo.
Abastecimiento de agua
El departamento tiene asegurado su recurso hídrico para el consumo humano y seguridad alimentaria. Sin embargo, para Ayari Rojano, bióloga de la Corporación Autónoma Regional del Atlántico (C.R.A) la capacidad del líquido no es un problema a menos que bajen los niveles del río.
“El departamento cuenta con la oferta del río Magdalena y el Canal del Dique y cuenta con la infraestructura para poder acceder al recurso hídrico para consumo humano y seguridad alimentaria. Sin embargo, es importante resaltar que aunque no tenemos problemas por cantidad de agua sí podríamos tener inconvenientes con la calidad del recurso si se bajan mucho los niveles del río”, comentó.
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Además, señaló que la ubicación geográfica del departamento es la que permite garantizar el suministro de agua. “Al estar al final de la cuenca del río Magdalena y más exactamente en su desembocadura, recibimos el agua que lleva no solo del interior del país, sino además de los Santanderes y todo lo que aporta el Cauca; por esta razón, al contar con muchos afluentes importantes que llegan al Magdalena nos permite contar con niveles más altos que garantizan el suministro de agua durante épocas secas.
Rojano resaltó la importancia de trabajar en una cultura del ahorro del recurso independientemente, en donde se cuente con fuentes de agua que garanticen el suministro de agua, con alertas permanentes a los entes territoriales, asesoría técnica para la realización de intervenciones y educación ambiental con las comunidades.
Por su parte, la empresa Aqualia, quién presta el servicio de acueducto en el sur del Atlántico, especificó que hay riesgo de desabastecimiento en municipios como Campo de la Cruz y Manatí,
“Aunque los niveles del río se mantienen al alza, no superan los índices históricos, y esta situación tiene en riesgo de desabastecimiento la operación en Campo de la Cruz debido a que la captación de agua se abastece de un brazo del río Magdalena. Pero en los otros municipios como Santa Lucía, Manatí, Candelaria, Luruaco y Repelón, quiénes se abastecen de la captación en el Canal del Dique también podrían llegar a presentar bajos niveles en el caudal”, sostuvo.
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Agregó que una familia promedio en el sur del Atlántico consume más de 15 metros cúbicos de agua al mes, por lo que sancionar el consumo sobre este tope pondría en riesgo la calidad de vida de algunas personas.
“Este consumo alto se debe a que muchas viviendas tienen patios con plantas que necesitan riego constante, además de contar con animales y realizar diversas actividades agrícolas. También, las altas temperaturas en la región aumentan la necesidad de riego y cuidado, lo que eleva aún más el consumo de agua”.
¿Qué dicen los expertos?
Para Nelson Buitrago, geólogo y docente de la Universidad del Atlántico, el país tiene un problema muy complejo a nivel de suministro de agua.
“A pesar de ser un país hídrico no tenemos las herramientas para que el agua llegue a muchos lugares; por ejemplo, en ciertos sectores del departamento como Tubará si muchas personas no tuvieran un tanque elevado no se podría tener agua potable las 24 hora; entonces, la cuestión es cómo hacer que el agua llegue a las personas”, dijo.
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Buitrago finalmente dijo: “Creo que no debió llegarse hasta este extremo, pero está probado científicamente que estas medidas sí funcionan; la gente tiene que aprender a usar el agua porque no es un recurso infinito”.
La medida
La comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA) presentó este proyecto para incentivar el uso eficiente y ahorro del agua, en los casos en que se presenten bajas precipitaciones a causa de los fenómenos naturales o por condiciones de variabilidad climática.
En ese sentido, la CRA será la que defina la estructura tarifaria, mientras que la Superintendencia de vigilará su cumplimiento.
De acuerdo con la resolución, los residentes en los municipios y ciudades con una altitud promedio por debajo de los mil metros sobre el nivel del mar, es decir, los ubicados en la Costa Caribe, y que pertenezcan a los estratos del 1 al 4, podrán consumir máximo 15 metros cúbicos al mes, mientras que los que residen en el 5 y 6 tendrán como tope los 13 metros cúbicos.
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El monto a cobrar por el desincentivo, es decir, la sanción por exceder el consumo, se adicionará al valor de la factura emitida por el consumo del servicio de acueducto durante la aplicación de la presente medida, que empezaría a regir el próximo mes de noviembre.
Estarán exentos de esta medida los inquilinatos y entidades sin ánimo de lucro a las que se les presta servicio especial de acuerdo con las definiciones del artículo 2.3.1.1.1. del Decreto 1077 de 2015. También se exceptúan los hogares comunitarios de bienestar y sustitutos de acuerdo con lo establecido por el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar.