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Ningún detalle, por imperceptible que sea, se le pasa por alto. Alejandro Char, alcalde de Barranquilla por tercera vez, ejerce un liderazgo omnipresente y, sobre todo, entusiasta, animado por los evidentes progresos de un territorio que conoce a la perfección, a tal punto que su derrotero de gobierno es transformarlo a diario para dar respuesta a las acuciantes necesidades de mejores condiciones de vida, empleo digno o educación de calidad de su gente.

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Progresar sin dejar a nadie atrás en un camino retador, principalmente en los aún irresolubles asuntos de la seguridad, parece ser la consigna de un mandatario decidido a dar resultados en vez de atascarse en inquinas o debates políticos que no resuelven problemas, tan solo desgastan y le hacen perder el tiempo. No controvierte porque le falte carácter, lo que le sobra es pragmatismo para mantener la senda de la estabilidad que la ciudad ha alcanzado a una velocidad de crucero que nos sitúa en una playa olvidada durante 50 años y que ahora luce irreconocible.

Barranquilla da otro paso importante en su apuesta por el ecoturismo con la preapertura del tren turístico de Las Flores y la recuperación de las playas de Puerto Mocho. ¿Cómo lo valora?

Este es el presente y el futuro de la ciudad. Estamos al lado de los tajamares que se empezaron a construir hace 100 años porque Barranquilla quería ser portuaria, pero como el río se explayaba había mucho sedimento que no permitía que grandes embarcaciones entraran o salieran. El clamor de la gente llevó a que se hicieran 5 o 6 kilómetros de tajamares con piedras de una cantera de Sabanalarga que traía un consorcio americano, se hicieron los rieles y sobre ellos un trencito. Esa obra de ingeniería en Las Flores terminó siendo un espacio turístico con playas.

Pero no era ambientalmente sostenible. El tren estaba en mal estado, funcionaba con combustible contaminante, los restaurantes cocinaban con leña, las aguas negras se disponían al río o al mar y los animales, mapaches, iguanas, serpientes, morían. Ahora todo es distinto. El tren es eléctrico, construimos barreras de fauna con pasos para que atraviesen del río al manglar y la iluminación es con energía solar y adaptada con salidas de luz calibradas para la fauna y flora. Aprendimos, así que todo funcionará según la naturaleza.

¿Cómo los barranquilleros y turistas pueden acceder a este nuevo espacio de la ciudad?

Llegan a Las Flores, a la estación Tajamar, donde hay 107 parqueaderos, que duplicaremos próximamente. Ahí están los dos trenes eléctricos, se puede pagar con la tarjeta de Sibus o hacerlo en efectivo. Aunque por estos días, mientras estamos en pruebas, es gratis. También se incorporarán al proyecto los 42 mototaxistas que toda la vida han trabajado en la zona, estamos adquiriendo para cada uno de ellos motos eléctricas que se adecuarán como unas iguanas. Los restauranteros de Puerto Mocho harán, de igual manera, parte de este desarrollo turístico.

¿Cuál es el impacto económico que estiman tendrá para Las Flores y el resto de Barranquilla?

Cuando diseñamos el Malecón nunca pensamos que atrajera a 70 millones de personas y que moviera tanto la economía de la ciudad. Cuando un turista viene a Barranquilla conoce la estatua de Shakira en el Malecón, pasa ahí su día, luego va a un centro comercial, a los restaurantes, duerme en hoteles. Así que calculamos que en solo 2025, a Puerto Mocho lo visitarán 250 mil turistas, porque no solo es ir a la playa, es toda la experiencia: montarse en el tren eléctrico, ver el Río, la ciénaga de Mallorquín, disfrutar de un mar espectacular, comer en sus restaurantes.

Por cierto, Mane Mendoza, Alex Quessep y Marta Daza, padrinos de los restaurantes que siempre han estado aquí, les están ayudando a elaborar el menú, a prepararlo todo. Estas personas se capacitaron más de un mes en el SENA, porque son parte de esta nueva Barranquilla turística.

¿Cómo se garantizará la seguridad?

Este es un proyecto de ciudad. La Policía, que tiene una estación en Las Flores, hará presencia permanente y, además, tenemos tres puntos de salvavidas con todos los estándares exigidos para que la gente que nos visite se sienta segura.

¿El proyecto seguirá creciendo?

Sin duda, tenemos un kilómetro más de playa y en 2025 destinaremos 25 mil millones de pesos para llevar el tren eléctrico a Bocas de Ceniza.

Orlando Amador

¿También prevé ampliar el Gran Malecón y el ecoparque en 2025?

El Malecón lo llevaremos hasta la carrera 46. Le dará la vuelta a la isla la Loma, eso es casi un kilómetro más y tendremos otras amenidades espectaculares sobre lo que está construido. En el ecoparque invertiremos 50 mil millones de pesos, también plata de los barranquilleros, en su tercera etapa. Y, como decía antes, aunque apenas estamos en la preapertura de Las Flores, el próximo año lo extenderemos para que la gente disfrute del encuentro del río con el mar.

La gente decía que Barranquilla no tenía playa o que en elecciones los ‘quemados’ se quedaban entaruyados en Puerto Mocho, ¿se acuerda?

Sí, sí, sí. A Puerto Mocho llegaban los brazos, las cabezas, llegaban mochos. Pero ahora sí podemos decir con orgullo que Barranquilla sí tiene playa. Serán 386 carpas, por lo pronto hemos instalado 100, a lo largo de un kilómetro de playa, con baños confortables, incluyentes, restaurantes, puntos de ventas de artesanías y suvenires de la ciudad. Esto es un sueño.

Es dignificar la vida de la gente, recuperar un espacio degradado que por su riqueza ambiental es el futuro…

Sí, es el futuro. De este espacio mucha gente devengará su sustento y le daremos mucha alegría a quienes visiten Barranquilla. Hay quienes se van a Orlando, en Estados Unidos, pero aquí lo tenemos todo, se llega sin contratiempos, rápido, en 20 minutos, a una playa urbana para comerte tu pescado. El agua es calmada, agradable, tenemos una barrera que hace que funcione como un lago, y desde este punto se ve el Ecoparque Ciénaga de Mallorquín, el río Magdalena

Un ecosistema único…

En estos 70 mil metros cuadrados de playa unimos el mar, el río y la ciénaga. Mallorquín era un basurero increíblemente autorizado por la EPM del momento. Es decir, Las Flores era un basurero, la ciénaga igual, y mucha gente vivió de eso, del reciclaje de la basura, pero ahora los recuperamos. Los manglares son muy importantes para mitigar el cambio climático. Y nos van a salvar del impacto de los fenómenos de variabilidad climática porque actúan como barreras naturales que harán que Barranquilla respire y viva con tranquilidad en materia ambiental.

Barranquilla es vulnerable a los efectos del cambio climático. Actuar ante la amenaza de los arroyos sigue siendo clave. Arrancaron las obras en la calle 85, pero ¿qué tanto falta?

Hay que ponerle inteligencia al tema del cambio climático, trabajar en la educación ambiental de la gente. Lo hacemos a diario con los niños de las escuelas públicas que cuando ven, por ejemplo, un plástico enredado en un mangle les da rabia, no lo toleran y así estamos formando una nueva generación de barranquilleros. En cuanto a los arroyos falta poco. Hemos hecho el 80, 85 por ciento de lo que se requería y faltan 7 u 8 escorrentías. Ya arrancamos con la más dura, la de la 85, las otras no causan un daño tan grande a la comunidad como lo hacían las de la 76, 84, 91, 92, la de la Universidad del Atlántico, ni hablar la de la 21. En 2025 tenemos presupuesto para las que faltan y creo que en este periodo de gobierno los dejamos casi en el 100 por ciento.

¿Qué tan cerca está de “cerrar la cicatriz del arroyo de Rebolo”, como la llamó, con la construcción del Gran Malecón del Suroriente?

Este mes estará tapado el arroyo y comenzamos a hacer el parque encima, para que ese espacio de 30 mil metros cuadrados se convierta en el sitio de encuentro del suroriente. La delincuencia, la drogadicción, golpean mucho a nuestros pelados. Necesitamos crear espacios para que la gente conviva, las familias compartan. Los parques nos han permitido llevar seguridad a muchos sectores de Barranquilla, que antes eran muladares como ese arroyo. Cuando se iluminan, hacen actividades deportivas, culturales, mejora muchísimo el entorno en el barrio y podemos acercar la oferta institucional del Distrito, tener al gobierno muy cerca de la gente.

¿Natilla, buñuelos, pasteles y hayacas en el Gran Malecón del Suroriente?

Risas…Chévere que me preguntes eso. No lo he dicho aún, pero espero que antes del 24 de diciembre podamos entregar la primera etapa. La gente está muy feliz.

¿Antes del cierre del año también entregará el nuevo Camino Hospital de Barranquilla?

El hospital donde nacieron la mayoría de los barranquilleros y se formaron nuestros médicos y enfermeras estuvo abandonado muchos años. Hemos hecho una inversión importantísima para que sea un centro de alta complejidad que le dará vida al sector y permitirá que la atención sea rápida y cercana. Espero que antes de que finalice diciembre podamos entregarlo.

Asumimos que se integrará a MiRed IPS que es, además, modelo nacional en atención primaria en salud en un país donde se quiere reformar el sistema…

Nunca he estado de acuerdo con esa reforma. En Barranquilla el modelo funciona con la misma ley de toda la vida, con sus diferentes cambios. Es un tema de voluntad política, de hacer las cosas bien, con inteligencia, de rodearse de los mejores y de cuidar la platica.

Se integrará a la red pública de salud de Barranquilla, el número 48, el más grande, nos hacía falta como parte de un modelo de salud que hoy es próspero en Colombia, envidiado por muchas entidades territoriales, porque además de cumplir a cabalidad con los Objetivos de Desarrollo del Milenio por encima de Medellín, Bogotá y Cali y otras ciudades, la plata rinde y los excedentes se reinvierten en otras cosas. Tenemos 4 mil funcionarios y se les paga puntualito.

En materia de vivienda, el Distrito destina un billón de pesos para subsidios, titulación y mejoramientos. Pese a la crisis del sector, la gente sigue soñando con tener su casita propia…

Es impresionante. Nos adelantamos en el tiempo, no sabíamos que Mi Casa Ya iba a deteriorarse, y de qué manera, llegando a niveles anteriores a la creación del programa que ha sido una bendición para millones de familias. Con Mi Techo Propio estamos financiando, subsidiando, la compra de vivienda. Si se consigue el subsidio de la nación, maravilloso, aportamos 13 millones de pesos más parte de la tasa hipotecaria. Si no, ponemos la plata completa que pueden ser 52 millones de pesos. Ya hemos entregado más de mil subsidios, tenemos en cola otros 3 mil, así que este año podríamos terminar con cerca de 3 mil. En total, son 10 mil subsidios que diseñamos con los constructores para beneficiar a los barranquilleros, y si toca más, haremos más.

La gente merece vivir de manera digna…

Así es, la gente quiere y merece su techo. Es su sueño. Como el de los mejoramientos. Muchas personas tienen sus cuatro paredes, no necesitan algo nuevo, pero sí mejores condiciones en su cocina, baño, instalaciones eléctricas y sanitarias. Estamos invirtiendo entre 28 y 30 millones de pesos por inmueble y la idea es hacer 25 mil para un total de 750 mil millones de pesos.

¿Qué hacer con el desempleo, con la informalidad que aumentan, sobre todo entre jóvenes?

Nos tocó ser banco. El programa CrediChévere es un banco que te presta así estés en Datacrédito, donde todos estamos. Quien no tenga plata guardada en un CDT no le prestan y, prácticamente, se le niega la oportunidad a la gente de emprender su negocio y si a eso le suman la inseguridad y la extorsión, difícil. CrédiChévere nace de un clamor de la gente que en campaña nos decía que el gota a gota les cobraba 20, 25 por ciento de intereses, le prestaban 100 mil pesos y por la derecha se quedaban con 25 mil, condenándolos a pagar en 6 meses. Así nació la plataforma, en la que estudiamos el perfil de la persona, no le regalamos la plata, se la prestamos al 1.8 %, 2 %, mensual, 20 veces más barato que en la calle y ya hemos entregado más de 2.500 créditos.

¿Y la gente paga con juicio?

Lo hace en un porcentaje esperado. La situación económica no es fácil, nosotros no abusamos de esto, no vivimos de la renta, es un proceso social en el que acompañamos a las personas en su contabilidad, en sus finanzas, les ayudamos con el espacio donde trabajan. Así estamos renovando mercados como El Playón, lo haremos con la Magola, Miami, el de Granos, Srendi, Gran Bazar, estamos metidos de lleno en el comercio informal y en los mercados públicos. Los mejoraremos todos para que la persona no solamente tenga ingresos, sino trabaje en un espacio digno y mejore ventas.

¿Es lo que también se busca en Puerto Mocho?

Sí, la gente vivía aquí con sus familias en unas casitas de tabla sin servicios públicos ni posibilidad de crecer sus negocios porque pocas personas llegaban, era complicado. Estamos creando una autopista ambiental hermosa, fácil, económica, para que Puerto Mocho se llene de turistas del mundo entero y que esos comerciantes que antes vivían al debe sean prósperos empresarios gastronómicos y de las artesanías. Que los visitantes se lleven una camiseta, una gorra, un llavero. Este es nuestro Disney, ¡cuidado que es mejor!

A propósito de transformación social, ¿cómo seguir mejorando la apuesta educativa?

Los políticos no le apostamos a la educación porque sus resultados son a mediano y largo plazo y, a veces preferimos, me incluyo, hacer cosas de impacto inmediato, pero finalmente en Barranquilla lo entendimos. Que Barranquilla tenga más colegios en categoría A+ que Bogotá, en valores absolutos, que hayamos duplicado el número de estudiantes con puntaje de más de 400 en las Saber 11 y que el promedio haya mejorado en 79 colegios públicos de ciento y pico es producto del esfuerzo de 17 años de buenos secretarios, de trabajo de la mano con los rectores.

A nosotros no nos interesa si son o no de Fecode, son nuestros hermanos, trabajamos con ellos, con los papás de los estudiantes, con sus profes. Hemos mejorado los ambientes para que los 3.800 salones de los colegios distritales tengan aire acondicionado y sean iguales o mejores que los de mis hijos. Nos gastamos una millonada en energía, pero eso es una inversión. Lo que hacemos en desarrollo de software, de inteligencia artificial, de minería de datos con la hermana de David Vélez, el CEO de Nubank, es espectacular. En 2025, siete mil muchachos de grados noveno a once se convertirán en desarrolladores de software, tras ser formados. El mundo los está demandando, podrán trabajar desde su casa, ganando salarios de dos mil a 4 mil dólares.

Es una apuesta segura…

Por eso le estamos dando duro al bilingüismo porque sin inglés no hay tecnología. La educación es el único camino y una tarea diaria. También en formación superior. Por fin tendremos Facultad de Medicina en la Universidad del Atlántico, una promesa de 25 años y en 9 meses con el gobernador Verano, el Ministerio de Educación se puso los guayos y nos entregó la resolución. En la Universidad de Barranquilla, la IUB, tendremos 18 mil estudiantes en 2025. Impresionante.

El otro día vino Petro y prometió 30 universidades. Le dije, yo ya hice 10. Me respondió, ¿cómo así? Son los colegios públicos que dan clases hasta las 4 de la tarde y a las 5 arranca la universidad. Si tengo laboratorios, baños, aire acondicionados, computadores, para qué voy a construir 30 universidades, usemos los colegios. El otro mes llevaremos la IUB a 20 colegios y ampliaremos la oferta. Nuestra secretaria de Educación, Paola Amar, es excelente, una bendición.

¿Por qué no ceden los crímenes? ¿Cuál es su mensaje al nuevo comandante de la Policía?

Es increíble cómo las bandas criminales se matan entre ellas: más de 300 personas muertas en los últimos meses y lo digo, con toda sinceridad, el sentimiento de impotencia es impresionante. A veces no entiendo qué más tengo que hacer. El director de la Policía, el general Salamanca, con quien hablo permanentemente, 2 o 3 de la mañana, incluso, nos mandó a la persona adecuada. El coronel Urrego, que será general en diciembre, es quien más sabe de inteligencia en Colombia, tiene 30 años de experiencia y entiende que la guerra entre bandas en Barranquilla solo se derrota con inteligencia. Tengo esperanza y le daremos todo el apoyo porque ese tema no me deja dormir.

A punto de terminar su primer año de gobierno, alcaldes de otras ciudades le copian el modelo, siguen sus pasos en materia de liderazgo institucional, construcción de confianza o visión estratégica. ¿Cómo va la relación con el presidente Petro?

Todo el respeto al Gobierno nacional. Compartimos algunas cosas, otras no, pero el debate político no me lo permito, soy una persona de resultados. A mí me eligieron los barranquilleros a los que les prometí 18 cosas en campaña y estoy concentrado en eso. A veces quisiera que el Gobierno nacional me acompañara más, no ha sido así en muchos frentes, en otros sí. Pero no puedo ser un balde de lágrimas o un permanente criticón del Ejecutivo, porque eso no le resuelve los problemas a la gente. Una pelea mía con el Gobierno le trae problemas a los barranquilleros.

Y eso, para mí, es simplemente perder el tiempo. Trabajamos todos los días con alegría. Logramos cosas, las rentas han crecido 44 %. Yo mando mis cartas al Gobierno, pero el debate político no está en mis prioridades en este momento. Siempre les recomiendo a alcaldes y gobernadores que miren hacia su suelo, porque la solución de los grandes problemas está adentro, debajo de sus pies. Que se dediquen a gastar menos plata en viáticos a Bogotá, que se concentren y se sienten con sus comerciantes, sector industrial, con su gente y construyan soluciones.

Barranquilla autónoma y descentralizada…

Nosotros estamos para mostrarle a Colombia que se puede vivir y construir desde las regiones. Si nos mandan más SGP, maravilloso, lo apruebo. Hay que entender que si nos mandan las competencias y los recursos, el Gobierno nacional tiene que adelgazarse, desmontar su burocracia. Barranquilla tiene 17 años construyendo este sueño de ciudad. Y el 95 % de las cosas se ha hecho con esfuerzo propio.

Dos cosas finales. Carnaval 2025, un solo Carnaval, ¿cómo se proyecta?

El de 2025 será un Carnaval espectacular, además con el plus de Shakira y sus conciertos una semana antes. Será el más largo de toda la historia. Tenemos una reina genial, las otras operaciones de las fiestas integradas, el de la 44, el Gay, el del Suroriente, el del Suroccidente. Crecen las ofertas y la cultura es parte integral de la ciudad, de una Barranquilla unida.

Junior se metió a la pelea de los 8, ¿rumbo a la undécima estrella?

Acuérdate que hace un año, 13 de diciembre, sacamos la diez, ¿no? Nadie daba un peso. Y nos tenían eliminados hasta el último minuto. Estoy contento con el técnico, ¿sabes? El profe Farías es un tipo con el que vale la pena hablar, ha estado en 18 países, una suerte contar con él.

Mañana juega la Selección Colombia, a la que ahora se quieren llevar de Barranquilla…

¿Ah? Se ponen a gritar de puro envidioso, se ponen inteligentes. En Barranquilla clasifica la Selección, el público los alienta de verdad hasta el último minuto. Yo he visto cómo al equipo lo abuchean en otros lados. Barranquilla es su casa, hay que dejar que las gallinas coman.