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El riesgo de vivir en los apartamentos del edificio Privilegio, ubicado en la esquina de la calle 89 con carrera 41, del barrio Campo Alegre, había sido advertido en varias oportunidades por las autoridades distritales.

De hecho, los apartamentos fueron desalojados en el año 2010, luego de que las grietas y problemas estructurales se agravaran con el fuerte invierno que ese año causó estragos en Barranquilla y el resto del Atlántico. Fue el mismo año en el que se rompió el Canal del Dique, frente a Santa Lucía, inundando todo el sur del departamento.

En desalojo fue ordenado en ese momento por los resultados del estudio de vulnerabilidad del sector de la ladera de Campo Alegre y de la zona donde estaban ubicadas las edificaciones Privilegios, Mirador de Campo Alegre, Ciudad del Sol, Atardeceres, Techos Azules y Camino Real, entre otros.

El estudio determinó que la estructura de las torres de seis pisos cada una no tenía las condiciones para su habitabilidad, razón por la cual procedieron a reubicarlos pagándoles un arriendo hasta tanto se les pagaran sus apartamentos o fueran reubicado en otra edificación.

La mayoría de las familias acataron la orden de las autoridades distritales y de gestión del riesgo de desastres; sin embargo, 30 familias se negaron a atender la medida a pesar de la declaratoria de alto riesgo.

Estas familias en su momento le contaron a EL HERALDO que el valor del arriendo que recibían de la Administración Distrital no era suficiente para cubrir este gasto y mucho menos los servicios públicos.

Otros decidieron no abandonar sus apartamentos porque ya llevaban más de 20 años viviendo en ellos. Consideraron injusto pasar de propietarios a arrendatarios en otros inmuebles que les cobraban más caro de lo que pagaban mensualmente al banco.

Al conocerse esta decisión, la directora de la Oficina de Gestión del Riesgo del Distrito de la época, Ana Saltarín, dijo que “están bajo su responsabilidad, acudiendo a los artículos 2 y 3 de la 1523 de 2012. Los ciudadanos también son sujetos de obligaciones dirigidas a su auto conservación. Los jueces han determinado que, quien no acate una orden de este tipo, está asumiendo su auto puesta en peligro”.

Los que decidieron partir le contaron en esa época a este medio que lo hacían porque había una orden de desalojo y la indemnización que les pagaron era suficiente para adquirir otro inmueble, porque su prioridad era asegurar la integridad de sus familias.

Orlando AmadorPerros ratreadores en los escombros del desplome de parte de un edificio en Campo Alegre.

Los problemas en Campo Alegre

Los primeros problemas con la ladera de Campo Alegre se evidenciaron a finales de 2004, cuando se registraron los primeros deslizamientos sobre la carrera 38 y la calle 84B, más conocida como Los Toboganes.

Las viviendas, edificios y conjuntos residenciales comenzaron a presentar agrietamiento, las losas del pavimento mostraron fisuras y algunas empezaron a levantarse. La situación de agravó con el invierno de 2005, cuando las intensas lluvias hicieron que parte de la ladera se viniera abajo y taponara las vías adyacentes.

La carrera 38 perdió uno de sus carriles y se presentó una fractura en la vía que afectó la movilidad por esa zona. Se hicieron algunas intervenciones sin mayores resultados porque el terreno seguía cediendo.

En ese momento, bajo el gobierno de Guillermo Hoenigsberg, el Distrito de Barranquilla comenzó a gestionar los estudios para determinar el estado de los suelos, las causas de los deslizamientos y la afectación sobre esa zona considerada para la época como “el polo desarrollo urbanístico de Barranquilla”.

En 2006 se reportó el agrietamiento de los apartamentos de tres conjuntos residenciales, la remoción en masa continuó y el Gobierno Distrital realizó un censo para determinar el número de casas afectadas. Ese mismo año, la administración distrital tomó la decisión de bajar el estrato para esta zona, de 3 a 2.

En 2007 el Distrito de Barranquilla comenzó la intervención de la zona con la construcción de canales de drenaje para mitigar el deslizamiento del terreno y evitar la afectación de más viviendas.

Ese año se contrata al experto en suelos Jaime Suárez para que elabore un estudio en la zona de Campo Alegre y Ciudad Jardín. Con ese estudio se hizo un plan de obras para estabilizar la ladera y evitar que el fenómeno se extendiera a otros barrios del suroccidente.

En 2009 se desplomaron las primeras viviendas de Carson Mirador (estas ya habían sido desocupadas por la constructora) y del conjunto residencial Puertas del Caribe.

En 2010 la temporada de lluvias, que se fortaleció con la incidencia del fenómeno de La Niña, volvió a sacudir el sector y la tranquilidad de los habitantes.

Ese mismo año la carrera 38 quedó totalmente taponada porque el terreno se deslizó sobre la calzada, entre las calles 83A y 84. Barrios como Las Estrellas, Campo Alegre, La Pradera El Rubí y el sector de Las Colinas quedaron incomunicado con gran parte del norte de Barranquilla.

En ese momento, los más afectados eran los residentes del conjunto residencial ‘Altos del Campo’, cuya entrada está ubicada frente a ‘El Tobogán’, lugar sobre el que se deslizaban pedazos de lodo.

En el 2010 también se conoció el fallo del Consejo de Estado que ordenó la reubicación de las familias que residían en Altos del Campo. Ese mismo año fueron reubicadas varios de los residentes de Puertas del Caribe.