En Isabel López temen que se repita la historia de Jonestown. El fanatismo que puso punto final al ‘templo del pueblo’ en el noreste de América del Sur es una situación que no quieren palpar en esta zona del Atlántico.
El temor en este corregimiento de Sabanalarga surgió luego de que una comunidad religiosa, llamada Berea, anunció que este 28 de enero 'la iglesia santa entrará a la ciudad celestial nueva Jerusalén'.
Para los pobladores de este corregimiento de Sabanalarga, los hechos se traducen en un posible 'suicidio colectivo'.
'Esto me tiene nervioso, la verdad es que da miedo lo que están haciendo', dijo Jorge Góngora, nativo de este territorio.
Sin embargo, uno de los de los seguidores de esta iglesia le dijo a EL HERALDO que 'quitarse la vida iría en contra de sus principios religiosos, que el anuncio se trata de una promesa de resurrección que verán cumplida este jueves'.
'Los que duermen van a resucitar es lo que dice la Biblia en varios pasajes, los que creyeron resucitarán. La palabra dice que si no hay resurrección en los hombres entonces es negar que Cristo resucitó, eso dice la biblia y en eso nos mantenemos', expresó el creyente.
Otro seguidor de esta iglesia aseguró que no son una secta. 'Nos interesa lo que diga la palabra, no lo que diga la gente'.
Lo que es evidente para los moradores del barrio El Carmen es que la tranquilidad que usualmente rondaba a este sector desapareció desde hace varias semanas.
'Queremos que busquen otro lugar para hacer su culto, en las noches no dejan dormir porque hacen oraciones y dicen cosas extrañas que causan temor', dijo Martha Santamaría, vecina del lugar donde se realizan los cultos.
En la calle 6 con carrera 11 está situado el lugar donde se reúnen los 17 seguidores de esta congregación. En la casa de paredes rústicas, de techo alto y de aspecto aparentemente normal cuelga un letrero con el conteo regresivo que anuncia 'un gran suceso'.
Un largo pasillo divide la sala del resto del lugar, por ahí se pueden divisar niños y otras personas que prefieren mantenerse alejadas de los vecinos curiosos, sólo aceptaron atender a las autoridades que hicieron presencia en la mañana de este lunes.
Hay menores
Una preocupación que también surge son los menores, cuyas edades oscilan entre los 2 y los 9 años; la comunidad asegura que ellos estarían sometidos a ayunos prolongados, y además que sus padres no tendrían interés de matricularlos en el nuevo periodo escolar.