Andrés Quintero Olmos

Democracia III
Opinión | Andrés Quintero Olmos

Democracia III

Democracia es tener el pueblo el poder de decidir. La representatividad no equivale a democracia, pues no es lo mismo elegir que decidir. Sin darnos cuenta, hemos venido llamando democracia algo que no lo es. Nos administran gobiernos representativos (las mal llamadas democracias indirectas), es decir, que elegimos a los que después deciden por nosotros, sin nosotros tener la última palabra. 

¿Es la democracia el mejor sistema político? Parte II
Opinión | Andrés Quintero Olmos

¿Es la democracia el mejor sistema político? Parte II

Este círculo vicioso del poder económico mezclado a ignorancia y populismo plasma la mediocridad de nuestros representantes: el político no es el mejor profesional (tecnócrata) y no es la persona más ética. De ahí es que la democracia está lejos de asegurarnos meritocracia; más bien todo lo contrario y el perfecto ejemplo de esto lo observamos al comparar las hojas de vida de los actuales gobernadores y alcaldes elegidos popularmente con las de sus predecesores, que eran nombrados a dedo. 

¿Es la democracia el mejor sistema político?
Opinión | Andrés Quintero Olmos

¿Es la democracia el mejor sistema político?

La mayoría no dudaríamos en responder afirmativamente. Pero está en el imaginario de muchos que un Estado autoritario pudiese tomar mejores medidas para permitir el orden y el desarrollo. La típica discusión latinoamericana en torno al dictador Pinochet siempre gira alrededor de estos puntos: sacrificar los derechos humanos y la democracia permitiría a veces fortalecer la estabilidad económica e institucional de un país.    Si tomamos en cuenta que muchos países como China y Vietnam han alcanzado un alto crecimiento económico y social en las últimas décadas, a espaldas de sistemas democráticos, podríamos concluir fácilmente que la democracia no es el único sistema que permite el desarrollo humano, en oposición a lo que se pensaba a final del siglo veinte. La indecisión se pone más aguda si comparamos cualitativamente a la democracia ateniense con las dictaduras del imperio romano: ¿cuál entre estos dos sistemas políticos permitió el mejor desarrollo humano? La respuesta daría para muchas páginas y estudios pero en todo caso no sería fácil de contestar por el simple hecho que ambos sistemas permitieron, en sus respectivas escalas, dar grandes avances a la humanidad.   Con fines altruistas o imperialistas, en Occidente seguimos pensando que todos los países del planeta deberían tener sistemas democráticos por ser esta la mejor organización estatal posible. Churchill decía que la democracia “es el menos malo de los sistemas políticos”, y muchos nos resignamos frente a este constato. La realidad es que muchas sociedades no parecen tener la suficiente madurez o adaptabilidad cultural para materializarse como tal. Sería ingenuo, hoy en día, creer que en Libia o en Siria la plena democracia sería el mejor sistema estatal posible, teniendo en cuenta que múltiples conjuntos religiosos y étnicos o grupos terroristas no hacen sino combatir culturalmente a esta idea organizativa.    Sin embargo, está claro que el hecho de poder escoger nuestros representantes nos da la sensación de abarcar poder y de ser soberanos del rumbo de nuestras respectivas naciones. Pero ¿desde cuándo hemos asumido el hecho de que el pueblo es más sabio que el dictador? ¿Cuántos pésimos o malévolos dirigentes han sido elegidos democráticamente? Siempre estará el ejemplo de las elecciones de Hitler de 1933 para recordarnos que la democracia puede ser más peligrosa que las dictaduras, porque no hay peor acto atroz que el legitimado democráticamente.    Asimismo, ¿no es la democracia un peligroso espejismo de concentración de poder? ¿No es esta una simplificación o simulación de la lucha humana por el poder? ¿O no es esta una dictadura de las mayorías o, más bien, una sumisión de las minorías a aquellas? ¿Y por qué nos creemos la mentira de que el sufragio universal automáticamente trae mayor desarrollo humano?   El sufragio universal siempre ignoró que detrás de cada voto habría distintos niveles de conocimiento y de comprensión del Estado y de sus políticas, y que los menos educados serían los más manipulables. Por eso Churchill decía, con razón, que “el mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio”.   Asimismo, ¿no es la democracia un peligroso espejismo de concentración de poder? ¿No es esta una simplificación o simulación de la lucha humana por el poder? ¿O no es esta una dictadura de las mayorías o, más bien, una sumisión de las minorías a aquellas? ¿Y por qué nos creemos la mentira de que el sufragio universal automáticamente trae mayor desarrollo humano?  

El efecto Botero
Opinión | Andrés Quintero Olmos

El efecto Botero

Paradójicamente, al mismo tiempo, la misma sociedad nos impone que estar delgado es sinónimo de belleza, lo cual es la antítesis del mayor consumo: comer sano y mejor sí pero, ante todo, comer menos para ser bello. Ese es el perverso dilema publicitario de nuestros tiempos. ¿Pero cómo comer menos ante tantas tentaciones consumistas? Quizás unos científicos descubrieron parte de la solución.      

Telerrealidades
Opinión | Andrés Quintero Olmos

Telerrealidades

Suspendo la aventura musical. Abro mi navegador para ver las noticias criollas; los titulares son los mismos de siempre y en repetición de una guerra fría ya vivida. Cierro rápidamente el navegador para no intoxicarme de cinismo político. Me devuelvo hacia la música, cambio de registro y coloco a Sinatra. 

Salario mínimo informal
Opinión | Andrés Quintero Olmos

Salario mínimo informal

Comprendamos que existe una interdependencia entre pobreza e informalidad y que la pobreza se combate, entre otros, con la formalización de las personas con el fin de asegurar unos mínimos vitales para todos (derechos laborales, pensión, salud, etc.).

Colombia no es Bogotá
Opinión | Andrés Quintero Olmos

Colombia no es Bogotá

Contemos, por otro lado, cuántos provincianos se sientan en las juntas directivas de las grandes empresas del país que tienen su domicilio en Bogotá, en las empresas públicas del Estado o históricamente cuántos han ocupado ministerios gubernamentales. 

Millennials
Opinión | Andrés Quintero Olmos

Millennials

Pueden ser más apolíticos que sus mayores, pero son más éticos. Viajan más, toleran más la diferencia y observan a la multiculturalidad como una riqueza. Ven en la corrupción y la falta de democracia el origen de todos los males. Repudian a los extremos ideológicos, son más conciliadores y no ven a la política como el único medio que genere cambio social.

La muerte, Spinoza y Dios
Opinión | Andrés Quintero Olmos

La muerte, Spinoza y Dios

El humano está destinado, por tanto, a buscar su naturaleza, que no es más que buscar pertenecer al gran todo divino. Cada hombre es un cuerpo que se une a otros cuerpos que aglutinados conforman el gran cuerpo social, al cual llamamos universo.