La explotación de fósiles es un motor clave de la economía y las presiones globales hacia la descarbonización han obligado a nuestros bancos a revisar su exposición a estos activos. Sus decisiones plantean desafíos importantes para su propia rentabilidad.
Sin seguros para la energía de hoy no habrá transición a las energías de mañana, pero la regulación, que parecía impulsar lo verde, asfixia ahora a algunos sectores y las empresas están atrapadas entre expectativas de accionistas, exigencias regulatorias y la opinión pública.
Los compromisos voluntarios no son viables sin un marco de acción que distribuya los costos de la transición de forma proporcional. El camino por seguir, si se quiere que el sector financiero sea parte de la solución, demanda medidas concretas.
Las alternativas limpias a estos procesos industriales no están listas para asumir la magnitud de la demanda global. La transición energética debe garantizar que los pilares de nuestra civilización permanezcan sólidos.
Otras empresas del sector también reevalúan sus compromisos con las renovables debido al entorno desafiante de licitaciones menos atractivas, inflación en costos de materiales y obstáculos regulatorios. No les es fácil encontrar el equilibrio entre la presión por retornos inmediatos y la transición hacia un futuro más limpio.
Al contrario del conocido refrán, a los malos pasos en la transición energética no hay que darles prisa. Los gobernantes deben actuar con la ferocidad del can Cerbero y con la agilidad de un cancerbero, para proteger la autonomía y seguridad energética de quienes los eligieron.
Ojalá la pobreza se pudiera eliminar radicalmente en Colombia, logrando al mismo tiempo una transición energética justa. Probemos gritando todos al unísono la palabra que nos transmitió la cultura romana: ¡Abracadabra! y esperemos cómodamente sentados.
El sector automotriz puede echar mano, no sin obstáculos, a las bondades de la electricidad, pero esta no es opción para la aviación, pues las baterías necesarias serían muy pesadas para los aviones. Se buscan voluntarios para esos vuelos de prueba del SAF puro al 100% y de los aviones eléctricos.
Con una ubicación geográfica privilegiada, con abundante sol y vientos constantes, a la isla le ha sido imposible implementar energías renovables como la solar y la eólica que funcionan técnicamente, pero cuya viabilidad para masificarse aún se discute.
Cuando la única planta de regasificación de gas líquido que tiene Colombia inició operaciones, muchos criticaron ese “costo innecesario”. Sería tan innecesario como tener seguros para proteger vehículos, salud e incluso la vida. Nunca queremos usarlos, porque implica que algo sucedió a aquello que nos amparan, pero qué alivio tenerlos y no tener que gastar en el imprevisto que se nos presenta.