Me iré de la página editorial por un tiempo que no tengo idea de que tan corto o largo será, pero de entrada quiero pedirles permiso para retomar mis columnas cuando no existan incompatibilidades para hacerlo. Pero como todos los días, seguiré a primeras horas de mañana entrando a leer por Internet EL HERALDO para saber no solo como anda mi ciudad, y mi región sino ese pueblo costeño que tanto necesita de nuestro apoyo y que hoy tienen la ilusión de que les llegó la hora.
Este mensaje lo tienen que escuchar especialmente quienes no reconocen que su indiferencia llevó a muchos a la explosión social que ya se vivió y que tanto temen que se repita. Por ello, todos debemos rodear al presidente electo en este Acuerdo y allí expresar los temores, pero también los aportes que todos estamos dispuestos a dar. No perdamos esta inmensa oportunidad que tiene el país de convertirse en una sociedad solidaria, moderna, dinámica y sobre todo justa.
La Costa Caribe volvió a jugar un papel crucial en esta segunda vuelta y el presidente electo Gustavo Petro sabe muy bien cual fue su contribución a este triunfo.
Si ellos se han considerado como brújulas en esta sociedad que parece perderse entre el odio y la polarización que ellos mismos han creado, cuáles son las razones para su silencio es un tema que amerita análisis. Como ninguno de ellos está dedicado a cuidar a sus nietos, como tantas veces se les ha recomendado, esta postura no es inocente. Es claramente una estrategia de campaña porque entendieron claramente el mensaje de la votación de rechazo que se evidenció con claridad absoluta en la primera ronda de las presidenciales.
La combinación de prepotencia e ingenuidad acabó de sepultar no solo a Fajardo sino a la Coalición de la Esperanza. Y ahora que van a hacer, es la pregunta de fondo porque han mostrado su rechazo a Petro o sea que se quedaron sin el pan y sin el queso.
Pasada la sorpresa de el Ingeniero Hernández en su paso a la segunda vuelta, es hora de empezar a leer con calma los resultados de esta primera vuelta presidencial y tratar de interpretarlos para poder visualizar ese nuevo país que sin duda hoy tenemos.
De nuevo la Región Caribe aparece con datos inexplicables pero el caso de Barranquilla no puede pasar desapercibido. A partir de información oficial señala que en Barranquilla solo la mitad de su población logra tener tres comidas diarias.
Por eso el llamado a Barranquilla para que se sacuda. No hay derecho a que esta ciudad sea el centro de tantos escándalos que no pueden ocultarse con su llamado embellecimiento. Algo muy severo pasa en su liderazgo, en el tipo de personas que logran alcanzar altas posiciones. Estos escándalos han trascendido el nivel local y ahora están en la boca de todos los colombianos, y quiérase o no marcan a esta ciudad, a su gente y sobre todo al pequeño círculo de privilegiados que manejan los hilos de poder.
Llevamos meses en esta situación y el gobierno se queda en argumentos inaceptables: todo se debe a la guerra. Perdón. ¿Qué ha hecho usted señor ministro de Agricultura para estimular la producción de alimentos perecederos para empezar a sustituir importaciones y darles ingresos a esos campesinos que en un 89% son pobres y vulnerables según el DANE? Además, como está demostrado, subir tasas de interés por parte del Banco de la República y bajar aranceles por parte del gobierno hasta ahora no han sido medidas suficientes. Respondan señores del gobierno porque esta situación le explotará en la cara y ojo también señores gobernadores y alcaldes de nuestra Región Caribe.
Gaviria borró de un tajo la poca diferencia que quedaba entre los dos partidos históricos del país, el partido Liberal y el Conservador. Pero más grave de lo que sucedió es que el Liberalismo de ese jefe se conservatizó sin sonrojarse porque de alguna manera ya lo había hecho con su apoyo a Duque. ¿Y nos vamos a quedar callados? Es la reflexión que nos estamos haciendo todos los que estamos aterrados de la condición de dueño de ideas que ha demostrado Gaviria. Tan atrevido, sin duda.