Esta tragedia que se vivió en el caribe debe unirse a los incendios masivos en el territorio nacional donde estamos como colombianos a la buena de Dios ya que el presidente Petro y sus funcionarios son buenos para echar discursos, pero de gerencia y gestión en el país no tienen idea alguna.
En esto se convirtió el gobierno del cambio. Un cambio donde le sacan la plata a la gente humilde del país, roban recursos públicos como se vio en la Unidad de Gestión de Riesgo y al final se compensa eso con los delirantes discursos de Petro sobre persecuciones imaginarias contra su efímero poder.
A pesar del esfuerzo de la bancada costeña, el alcalde Char y el gobernador Verano por resolver el aumento de las tarifas la situación no avanza. Según lo acordado en la última reunión en Barranquilla se van a renegociar los contratos entre generadores y comercializadores de energía. Esto puede tomar mucho tiempo y la gente está desesperada. Del mismo modo, el gobierno no ha podido resolver lo relativo a la “opción tarifaria”.
En el caso de la seguridad todo ha sido lamentable. Hoy el país se encuentra al vaivén de los criminales. La “paz total” ha llevado a que los delincuentes salgan de la cárcel o peor aún a que sean habilitados como gestores de paz. En la costa caribe, esa nueva dialéctica de que “ el crimen paga” ha engendrado una pluralidad de ideas alrededor de “ negociaciones socio-jurídicas” con esas bandas.